UDI sigue siendo el gran obstáculo para acuerdo político que supere la crisis
A las declaraciones de Ricardo Lagos y todo el arco opositor, se sumó la propuesta de RN de una convención nacional constituyente
Mientras la oposición unida, nuevamente, se abrió a la posibilidad de un gran acuerdo político, respondiendo al llamado de anoche del presidente Piñera y RN manifestó su acuerdo con algo más amplio que un Congreso Constituyente para una nueva Carta Magna, la UDI siguió negándose a conversar hasta que termine la violencia.
Así lo manifestó, una vez más, la presidenta gremialista, Jacqueline van Risselberghe, quien fijó su mirada en la agenda de seguridad. El partido de la calle Suecia sigue siendo el guardián de la Constitución y, en esta pasada, pareciera jugar un nuevo gallito con su tradicional rival (RN) para superarlos en el sector duro, electorado que perdió en las últimas elecciones y que ve amenazado por José Antonio Kast.
La jornada de hoy estuvo marcada por las conversaciones políticas, a puertas cerradas y especialmente en Valparaíso, donde la oposición se mostró dispuesta a aceptar el llamado del jefe de Estado, aunque manteniendo su demanda de plebiscito, asamblea constituyente y Nueva Constitución.
Desde todos los partidos, incluido el PC, se condenó abiertamente los hechos violentos de la noche anterior. «Los condenamos sin matices», señaló la diputada Camila Vallejo, quien dijo en su cuenta de twitter que no sabía si «detrás de los incendios y saqueos hay ultraderechistas, ultraizquierdistas o solo rabia desatada».
Guido Girardi, por su parte, junto con calificar como un error «desestabilizar a un régimen elegido democráticamente», sostuvo que Piñera debía completar su mandato.
El parlamentario destacó que “los más importante es el consenso transversal de que no se puede avanzar con la Constitución de Pinochet. Costó casi 40 años para, finalmente, entender que la posibilidad de que Chile sea más democrático, con menos exclusiones y un desarrollo económico que beneficie a todos y no sólo a unos pocos pasa por una nueva Constitución”.
Para Girardi el proceso constituyente «ya empezó, está en las calles, en las oficinas, en los hogares de Chile se conversa sobre el país que quieren y los derechos a consagrar».
El exPresidente Ricardo Lagos, por su parte, sostuvo que la situación era gravísima y asumió como un desafío propio el llamado de La Moneda a encontrar una salida dentro de 24 horas.
“Es necesario salir pronto de la actual situación, recuperar una convivencia serena y pacífica que permita responder a las justas demandas sociales que han desatado esta crisis”, señaló el ex jefe de Estado.
Pocas horas antes, el presidente de la DC, Fuad Chahín, había señalado en sus redes que «nadie, ninguno de nosotros como políticos ni los actores sociales, pueden quedar indiferentes ante la violencia. Si hay algo que debemos extremar es el diálogo: mañana y siempre. Estamos disponibles para buscar una salida entre todos y por la justicia social. ¡Estamos por Chile!», señaló.
Beatriz Sánchez, al igual que otros opositores, valoraron la acción del diputado y presidente de RN, Mario Desbordes, quien no solo jugó un rol en pacificar a La Moneda sino, también, en los diálogos de hoy.
«Valoro el tono del presidente de Renovación Nacional. Así estamos más cerca de una salida con reformas concretas que reconozca el derecho de la ciudadanía de decidir en democracia cómo cambiamos la Constitución», señaló la ex candidata presidencial del Frente Amplio.
Es que la jornada, para la clase política, terminó tarde ayer y empezó temprano hoy, con la idea de que había un ultimátum de La Moneda para resolver -entre todos- la dramática y violenta situación que vivió el país el martes.
«La oposición tiene 24 horas para acordar con nosotros, la pelota está en su campo, de lo contrario serán responsables de lo que ocurra», decían en palacio.
«Es nuestra obligación amarrar hoy un acuerdo sustantivo, el pueblo ha logrado avanzar mucho y sacrificar esos logros por un maximalismo sería un error histórico» señalaban en el sector Pantalones Largos del Frente Amplio.
Y lo que ocurría no era otra cosa que una agenda que establecía -supuestamente- mucha violencia para mañana por el primer aniversario del asesinato de Camilo Catrillanca, desorden, saqueos e incendios en todo el país, lo que obligaría a decretar el estado de emergencia, el toque de queda y la salida, una vez más, de los militares a la calle, pero esta vez con mas facultades.
Si bien la oposición tomó el tema con divisiones, con el correr de las horas, fue primando la idea de que la amenaza los ponía contra la espada y la pared. Y se fue alineando con el acuerdo, aunque sin aparecer cediendo en sus pretensiones, porque sabe que no controla mucho la calle y no puede bajar las banderas de plebiscito y asamblea constituyente.
«Me alegro que el oficialismo y la oposición comiencen a dejar sus dogmas y acuerden un punto intermedio. La Convención Constituyente ‘bota’ las cuatro paredes que tanto daño le han hecho a nuestro país y pone a la ciudadanía en un rol clave en el diseño de la nueva constitución», señaló Manuel José Ossandon.
Y el acuerdo político, parece que va, aunque se desconoce el grado de aceptación que tendrá en una ciudadanía que aprendió a mandarse y autoconvocarse, que descree de los arreglos cupulares y quiere respuestas concretas e inmediatas.
Mañana será otro día…