Sichel tropieza con los vecinos de Ñuñoa: licitación millonaria y parquímetros sin consulta desatan crisis en la comuna

La crítica transversal apunta a un patrón preocupante en la gestión de Sichel: la impulsividad.

Un nuevo conflicto marca la corta, pero ya polémica, gestión del alcalde de Ñuñoa, Sebastián Sichel. Esta vez, se trata de la millonaria licitación para instalar parquímetros en los barrios aledaños al Estadio Nacional, una iniciativa que fue lanzada de forma apresurada, sin diálogo previo con los vecinos ni con el Concejo Municipal, y que hoy enfrenta una fuerte oposición ciudadana.

Según reveló The Clinic, la propuesta, que ya adjudicó una licitación por entre 2.000 y 5.000 UTM (entre 136 y 341 millones de pesos), debía ser votada este miércoles. Sin embargo, fue aplazada por la presión de los concejales y de múltiples organizaciones vecinales que alzaron la voz ante la falta total de comunicación y transparencia del municipio.

La crítica transversal apunta a un patrón preocupante en la gestión de Sichel: la impulsividad. A pocas semanas de haber asumido, el alcalde lanzó esta iniciativa sin siquiera mencionarla a los actores sociales que más se verán afectados. El resultado ha sido un rechazo rotundo desde barrios como Villa Olímpica, Suárez Mujica, Plaza Bremen y desde el Consejo Comunal de Organizaciones de la Sociedad Civil.

“El tema principal es que no hubo ningún tipo de consulta hacia las organizaciones, las juntas de vecinos o los vecinos mismos, sobre las aprehensiones que tenemos”, denunció Daniela Berríos Söhrens, vecina del barrio Suárez Mujica. Su testimonio refleja una molestia generalizada que pone en entredicho no solo la validez del proyecto, sino el estilo de gobernanza del propio Sichel.

El concejal Andrés Argandoña (FA) también apuntó a la falta de contenido de la propuesta: “No me parece adecuado que a quienes viven hace años en la comuna se les comience a cobrar por asistir a sus parques de toda la vida. Esta propuesta no soluciona el problema del colapso vial, sino que lo formaliza”.

¿Orden o improvisación?

La iniciativa, que pretende combatir a los estacionadores ilegales durante eventos masivos, ha sido cuestionada incluso por quienes reconocen el problema de inseguridad en las calles. Pero para los vecinos, cambiar a los “cuida coches” por cobros oficiales sin participación ciudadana ni medidas integrales no es una solución, sino una imposición.

“La preocupación real es la falta de seguridad, el descontrol, la suciedad, y los tacos tras los eventos. Pero eso no se soluciona con parquímetros. Se soluciona con regulación y con presencia municipal”, argumentan los vecinos. Y tienen razón.

La licitación contempla tarifas de hasta $50 por minuto en la zona del Estadio Nacional, cifras que superan con creces cualquier criterio de proporcionalidad, considerando que podrían significar más de $3.000 por hora para quienes asisten a eventos en familia o viven en sectores colindantes.

Un liderazgo que no escucha

Este episodio no es solo una crisis puntual, sino el reflejo de un estilo político que genera alertas. La gestión de Sichel parece sustentarse más en decisiones unilaterales que en la construcción de acuerdos. Lo ocurrido esta semana en Ñuñoa lo evidencia: un alcalde que lanza proyectos millonarios sin consultar, que esquiva el diálogo y que parece preferir el impacto comunicacional por sobre la planificación responsable.

Ñuñoa no necesita un alcalde impulsivo que imponga medidas desde su escritorio. Necesita liderazgo participativo, con oreja en la calle y capacidad de construir consensos. El revés de Sichel con los parquímetros no es menor: es una señal de que la ciudadanía está alerta, y que no tolerará más decisiones verticales que afectan su vida cotidiana.

Los próximos días serán claves para ver si Sichel corrige el rumbo, escucha a su comuna y rectifica una iniciativa que, hasta ahora, no ha hecho más que aumentar la desconfianza hacia su administración.

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