
Muere a los 99 años mujer condenada por crímenes en campo de concentración nazi de Stutthof
Irmgard Furchner, falleció el 14 de enero, según un portavoz de la Fiscalía, después que el Tribunal Federal de Justicia de Alemania ratificara en agosto de 2024 su sentencia a cárcel, un caso que atrajo la atención de los medios al ser considerada como probablemente la última persona condenada por crímenes de la Alemania Nazi.
Una antigua secretaria del campo de concentración nazi de Stutthof, en el norte de Polonia, condenada a dos años de cárcel por el delito de complicidad en el asesinato de más de 10.000 personas entre junio de 1943 y abril de 1945 ha fallecido a los 99 años, según han confirmado las autoridades de Alemania.
La mujer, Irmgard Furchner, falleció el 14 de enero, según un portavoz de la Fiscalía, después que el Tribunal Federal de Justicia de Alemania ratificara en agosto de 2024 su sentencia a cárcel, un caso que atrajo la atención de los medios al ser considerada como probablemente la última persona condenada por los crímenes de la Alemania Nazi.
Asimismo, la mujer, sentenciada en 2022 a dos años en libertad condicional en un caso por «pena juvenil» –pues en el momento en que cometió los delitos tenía menos de 21 años–, se convirtió además en la primera trabajadora civil en ser declarada culpable por los crímenes cometidos en los campos de concentración.
Furchner trabajó como funcionaria en la comandancia del campo de Stutthof, cerca de la ciudad polaca de Gdansk, desde junio de 1943 hasta abril de 1945. Por aquel entonces tenía entre 18 y 19 años.
El juicio arrancó en septiembre de 2021 y, en él, varios supervivientes del campo dieron cuenta de los abusos cometidos en las instalaciones. La acusada trató de eludir el proceso escapando una madrugada de su residencia de ancianos, pero fue detenida por la Policía horas después y fue enviada a prisión de forma preventiva.
El tribunal consideró que, a través de su trabajo como mecanógrafa, la mujer ayudó a los responsables del campo en el asesinato sistemático de los reclusos, si bien sus abogados intentaron poner en duda si realmente tenía esa atención y argumentaron que no estaba demostrado que ella supiera lo que pasaba en el campo.
En su ratificación de la condena, el Tribunal Federal de Justicia confirmó el fallo del tribunal de Itzehoe al considerar que la mujer había ayudado en los asesinatos a través de su voluntad a cumplir con su trabajo, dado que casi toda la correspondencia de Stutthof pasaba por su despacho de mecanografía.
El tribunal sostuvo que, además, desde su lugar de trabajo podría ver parte del campamento, incluida la chimenea del crematorio, y que tenía conocimiento de las condiciones en las que se encontraban detenidos los presos.
El centro de documentación Arolsen Archives recoge que unas 110.000 personas de 28 países fueron encarceladas en el campo de concentración de Stutthof y sus cerca de 40 subcampos entre 1939 y 1945, 65.000 de las cuales murieron, la mayoría de ellas en las cámaras de gas.