“El lado oculto de la ciencia”: Descubre los misterios del universo con el físico Fernando Izaurieta

Desde antiguos manuscritos perdidos hasta la posibilidad de vida extraterrestre, este nuevo libro entrelaza el conocimiento científico con el arte y la cultura popular.

En dieciséis ensayos, el físico teórico Fernando Izaurieta propone en El lado oculto de la ciencia una nueva manera de mirar esta disciplina, que permite vincular, por ejemplo, leyes de la física con una serie de televisión o una creencia popular. “Esa conexión es completamente intencional. Muchas veces se habla de cultura como si se limitara solo a las artes, pero eso es un error: la ciencia también es cultura”, asegura el autor.

Izaurieta, quien además es doctor en Ciencias Físicas, argumenta que “el problema es que muchas veces, en el sistema educativo, no se enseña ciencia como una forma de pensar, sino como un conjunto de datos para memorizar”. Por esto, además de la investigación, dedica gran parte de su tiempo a la divulgación, lo que hoy se materializa en este compilado de historias, acompañadas de una serie de ilustraciones, sobre el pasado, presente y futuro de los humanos.

“La ciencia es siempre un acto de revelación. Algo oculto se vuelve visible, algo desconocido se transforma en conocimiento. Y ese carácter revelador, casi místico, es tristemente desconocido para mucha gente, que solo ha visto la versión más fría, plana y despojada de emoción de un dato”, reflexiona el académico y autor del libro Agujeros negros.

En ese sentido, para Izaurieta, uno de los principales desafíos de la divulgación científica en redes sociales es que “desgraciadamente, muchas personas egresan del sistema escolar sin haber experimentado el poder del pensamiento científico, ni saben cómo evaluar la evidencia sin autoengañarse. Y eso es trágico, porque es un caldo de cultivo para todo tipo de creencias infundadas y teorías conspirativas”.

Desde el Big Bang hasta el calentamiento global, de Arquímides a Einstein, El lado oculto de la ciencia es una invitación a conectar con el mundo científico con ejemplos cotidianos y entretenidas anécdotas. “La ciencia nos conecta con lo más profundo de nuestra condición humana: la necesidad de entender, de imaginar y de transformar”, concluye.

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