
Crece respaldo internacional al plan de autonomía marroquí para el Sáhara
Estados Unidos, Francia, Estonia, Croacia y Moldavia destacan la propuesta presentada por Marruecos como la vía más realista y duradera para resolver el conflicto del Sáhara, reafirmando su respaldo a la soberanía marroquí y a las resoluciones de la ONU.
En el marco de una activa estrategia diplomática liderada por el Rey Mohammed VI, varios países influyentes del escenario internacional han reiterado recientemente su apoyo pleno y claro al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007 como vía para resolver el prolongado conflicto regional en el Sáhara Occidental.
Esta iniciativa, que reconoce la soberanía del Reino sobre el territorio, es considerada como la opción más seria, creíble y realista para alcanzar una solución política, justa y duradera.
Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, instó a las partes a “iniciar conversaciones sin demora” para aplicar la propuesta de Rabat. El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, se reunió en Washington con el ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, y reiteró que Estados Unidos “reconoce la soberanía marroquí sobre el Sáhara” y que respalda la iniciativa como “la única base para una solución mutuamente aceptable”. El Departamento de Estado remarcó que la posición estadounidense está alineada con el compromiso de apoyar soluciones realistas y duraderas.
Francia, a través de un comunicado oficial del Quai d’Orsay, reiteró su compromiso con la soberanía marroquí sobre el Sáhara, recordando la carta enviada por el presidente Emmanuel Macron al rey Mohammed VI, fechada el 30 de julio de 2024. En ella, se destaca que “para Francia, el presente y el futuro del Sáhara se enmarcan en la soberanía marroquí”. El ministro de Europa y Asuntos Exteriores de Francia reforzó esta postura, señalando que el plan de autonomía es “la única base” para alcanzar una solución política al conflicto. Asimismo, París expresó su voluntad de acompañar a Marruecos en sus esfuerzos por el desarrollo económico y social de las provincias del sur.
Estonia también se sumó al apoyo internacional, calificando el plan marroquí como “una buena base, seria y creíble” para resolver la disputa. El ministro estonio de Asuntos Exteriores, Margus Tsahkna, se reunió con Nasser Bourita en Tallin, en la que fue la primera visita oficial de un ministro marroquí de Exteriores a ese país báltico. Estonia alentó a otros gobiernos a unirse a esta posición, en línea con la Resolución 2756 del Consejo de Seguridad de la ONU, que valora el impulso generado por el plan marroquí.
Croacia, por su parte, expresó su apoyo mediante una declaración conjunta firmada en Zagreb. El ministro croata de Asuntos Exteriores y Europeos, Gordan Grlic-Radman, valoró el plan de autonomía como un “esfuerzo serio y creíble” y “una buena base” para alcanzar una solución política mutuamente aceptable. Subrayó también la exclusividad del proceso liderado por las Naciones Unidas y reafirmó su respaldo a la Resolución 2756 (2024), que pide a las partes avanzar en una solución realista y pragmática, basada en el compromiso mutuo.
Moldavia formalizó su apoyo a través de una declaración conjunta emitida tras la visita del canciller marroquí a Chisinau. El ministro moldavo de Asuntos Exteriores, Mihai Popsi, calificó la propuesta de Marruecos como “la base más seria y creíble” para una solución definitiva al conflicto del Sáhara. Ambos países reafirmaron su adhesión a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, en particular a la 2756, y destacaron el rol clave del Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas para facilitar el proceso político. También expresaron su respaldo a la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sáhara marroquí (MINURSO).
Este creciente respaldo internacional refuerza la legitimidad del plan de autonomía propuesto por Rabat y consolida la posición del Reino de Marruecos como actor central en la búsqueda de una solución definitiva al conflicto del Sáhara, en línea con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones del Consejo de Seguridad.