
El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, anunció el cierre del plan Estadio Seguro. Lo anterior, tras el fallecimiento de dos hinchas de Colo Colo en el Estadio Monumental, el pasado jueves 10 de abril.
“Estadio Seguro fue una iniciativa a la cual todos los gobiernos han puesto significativos empeños y por distintos tipos de razones, algunas atribuibles al sistema sobre el cual funciona, este ha fracasado. Estadio Seguro como régimen de funcionamiento, como plan en su diseño y en su estructura, ha fracasado”, declaró Cordero.
En esa línea, el ministro indicó que “el gobierno ha decidido cerrar el plan Estadio Seguro como una estructura destinada a velar por la organización y por el control de los partidos de fútbol profesional”.
Según detalló Cordero, las razones del cierre se deben a que “su estructura original respondía a un diseño de organización y de participación que se explicaba en la competencia que tenía el Ministerio del Interior, que hoy se encuentran distribuidas hacia el Ministerio de Seguridad”.
“La legislación en el tiempo ha cambiado, especialmente en aquellas materias que están vinculadas a la organización de eventos masivos”, explicó el ministro, a lo que sumó que “el comportamiento de quienes participan en el estadio y esencialmente quienes cometen ilícitos en el estadio y en sus alrededores son estructuras que han ido cambiando en el tiempo”.
“La forma y modo en que ustedes han conocido la institución del Estadio Seguro, el Gobierno ha tomado la decisión de suprimir ese plan”, sentenció Cordero.
El ministro de Seguridad manifestó que el Gobierno busca terminar con “la figura de que hay una especie como de zar encargado de los estadios”.
“Lo clave es administrar el fútbol profesional como un evento masivo que requiere particular atención y respecto al cual existen medios para abordar esos espectáculos en la cual usted debe dejar de identificar, como si nosotros tuviésemos un único responsable de la seguridad al interior de los recintos deportivos”, sostuvo.
Estadio Seguro nació en 2011, durante la primera administración de Sebastián Piñera, con el fin de poner freno a los hechos delictuales y de violencia y de violencia con ocasión de espectáculos de fútbol profesional.