
En un país marcado por las tensiones entre renovación y tradición, centralismo y descentralización, y por una ciudadanía que exige más transparencia, los liderazgos que emergen o se consolidan en el escenario político adquieren una relevancia especial.
Carolina Tohá, Jeannette Jara, Vlado Mirosevic, Jaime Mulet y Gonzalo Winter representan cinco trayectorias distintas que cruzan generaciones, ideologías y estilos de ejercer el poder.
¿Qué los une y qué los separa? ¿Cómo dialogan sus fortalezas y debilidades con las demandas de la sociedad chilena?
La experiencia del poder: Tohá y Jara
Carolina Tohá (PPD) y Jeannette Jara (PC) han estado en el corazón del poder político chileno.
La primera, exministra del Interior, ha sido también alcaldesa de Santiago, ministra Secretaria General de Gobierno y presidenta de su partido. Politóloga de formación, Tohá conjuga una visión institucional con experiencia en gestión municipal y nacional, lo que le ha permitido desenvolverse con soltura en momentos complejos, como la crisis de seguridad que enfrenta el país. Sin embargo, su paso por gobiernos anteriores y su cercanía a la vieja guardia de la Concertación le pesan en un Chile que pide renovación.
Jara, en tanto, es la cara más visible del Partido Comunista en el gabinete de Boric. Como ministra del Trabajo ha liderado proyectos emblemáticos como la reducción de la jornada laboral, y su paso por la Subsecretaría de Previsión Social le dio profundidad técnica. Con un perfil sobrio, pero firme, Jara ha logrado ampliar su influencia más allá de su colectividad. Su gran desafío: navegar las tensiones entre la izquierda tradicional y la centroizquierda que busca construir mayorías.
Juventud con peso legislativo: Mirosevic y Winter
Con solo 37 años, Vlado Mirosevic es ya un veterano del Congreso. Fundador del Partido Liberal y expresidente de la Cámara de Diputados, ha hecho de la transparencia, el regionalismo y las libertades individuales sus banderas.
Su estilo es moderno, su lenguaje cercano y su compromiso con la descentralización lo conecta con territorios históricamente postergados como Arica, a quienes ha representado desde 2014.
Aunque su juventud es un activo en términos de renovación, aún le falta demostrar cómo puede incidir en grandes reformas o liderar coaliciones políticas más amplias.
Gonzalo Winter, de 38 años, es otro rostro de la generación que irrumpió con el Frente Amplio.
Abogado, ha impulsado causas ligadas a los derechos humanos, el derecho a la vivienda y la educación.
Su capacidad discursiva y su fidelidad a los principios fundacionales del movimiento lo han convertido en una figura respetada entre sus pares. Sin embargo, al igual que Mirosevic, deberá enfrentar el reto de trascender el rol de diputado joven para proyectarse como figura nacional con capacidad de gobernar.
El regionalismo como identidad: Jaime Mulet
Jaime Mulet es, quizás, el más inclasificable del grupo. Exmilitante de la DC, fue presidente de esa colectividad, ha hecho de la defensa de los territorios y de una política más descentralizada su cruzada.
Presidente de la Federación Regionalista Verde Social, Mulet ha sido una voz crítica frente al centralismo y a la captura del Estado por parte de las élites.
Su mayor fortaleza es la conexión con regiones que se sienten excluidas del debate político nacional. Pero su enfoque localista también puede limitar su alcance en momentos en que se necesitan liderazgos con mirada global.
Un país que cambia y una política que busca su rumbo
Estos cinco liderazgos encarnan muchas de las tensiones que vive hoy Chile: la disputa entre lo viejo y lo nuevo, el equilibrio entre la técnica y la política, y la necesidad de construir confianzas en un sistema profundamente cuestionado.
Mientras Tohá y Jara representan la experiencia institucional, Mirosevic y Winter encarnan la renovación con vocación transformadora. Mulet, en cambio, recuerda que el país no se agota en Santiago y que la política también se hace desde las regiones.
Todos, además, presentan escasas respuestas en el tema de la seguridad, donde son los candidatos de derecha quienes muestran los mejores atributos para la ciudadanía que exigen soluciones rápidas
En las próximos semanas, será clave observar cómo interactúan, colaboran o compiten estos actores en una escena marcada por la fragmentación y la necesidad de acuerdos.
¿Podrán liderar la construcción de una nueva mayoría? ¿Serán capaces de sintonizar con las demandas sociales sin perder gobernabilidad? Las respuestas no están escritas, pero sin duda sus trayectorias ayudarán a definirlas.
El tablero político, cuando las primarias se acercan, está en movimiento, y estos cinco nombres ya son piezas clave del juego.