
‘Zar de fronteras’ de Trump elogia deportación de venezolanos
"Hemos echado a los terroristas. Debería ser motivo de celebración en este país", ha manifestado Tom Homan, que asegura que cuando las autoridades recibieron la orden judicial en contra de esta medida, el avión ya estaba en aguas internacionales "lleno de terroristas y de serias amenazas para la seguridad pública".
El responsable de las políticas migratorias de la Administración de Donald Trump, Tom Homan, ha defendido los últimos vuelos de deportación delincuentes extranjeros en condición irregular, en concreto la expulsión de venezolanos a El Salvador, y ha asegurado que es una maniobra que rema en favor de la seguridad nacional y «debería ser motivo de celebración» en el país.
«Hemos echado a los terroristas. Debería ser motivo de celebración en este país», ha manifestado Homan, que asegura que cuando las autoridades recibieron la orden judicial en contra de esta medida, el avión ya estaba en aguas internacionales «lleno de terroristas y de serias amenazas para la seguridad pública».
Así las cosas, y en declaraciones a la prensa estadounidense frente a la Casa Blanca, Homan ha aseverado que el presidente Trump ha hecho «exactamente lo correcto» y que ha actuado bajo la autoridad que le confiere la Ley de Extranjería, según recoge la cadena de noticias CNN.
La Administración de Estados Unidos expulsó en la víspera a unos 250 delincuentes internacionales –incluidos miembros del Tren de Aragua y de la Mara Salvatrucha– rumbo a la gran cárcel antiterrorista de El Salvador en virtud de una polémica ley del siglo XVIII que capacita al presidente a recurrir a arcaicos poderes de guerra para acelerar las deportaciones de migrantes indocumentados.
Sin embargo, estas deportaciones fueron anunciadas horas después de que el juez federal James E. Boasberg suspendiera durante dos semanas la ejecución de cualquier tipo de deportación basada en esta ley de guerra. Desde la Administración Trump, e incluso el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, bromean con que la orden del juez llegó «demasiado tarde» y no pudo impedir las deportaciones.