Se debe terminar la guerra entre Rusia y Ucrania

Por Patricio Herman, presidente Fundación Defendamos la Ciudad.

Como tuvo un tremendo impacto mundial la entrevista realizada en el Salón Oval de la Casa Blanca, entre Donald Trump y James David Vance con Volodimir Zelenski, nos vemos en la obligación de reprochar el irresponsable comportamiento de este último, quien fue invitado por el presidente de EEUU para firmar un acuerdo comercial respecto de la explotación de minerales y sustancias químicas de alto valor estratégico (tierras raras) en el territorio de Ucrania, operación con la cual se iba a garantizar, si se llegaba a un acuerdo, la seguridad de este país ante posibles nuevas incursiones de Rusia.

Todos sabemos que la OTAN, bajo la égida de EEUU, violó los acuerdos de Minsk, Bielorrusia, engañando a Rusia, ya que en esa formal instancia no se aceptó la expansión de la OTAN acordándose además que Ucrania nunca sería parte de esa organización. Actualmente en una posible guerra convencional, dicha organización de países europeos, más EEUU, vencería a Rusia en pocas semanas, pero ante este posible escenario, el poderoso país eslavo estaría obligado a utilizar su armamento nuclear y así se acaba todo en pocas horas.

Por lo anterior y como no se puede correr ese altísimo riesgo, teniéndose presente que el pragmático Trump es un excelente negociador, mirando ese incierto futuro, hace unas semanas en Arabia Saudita, los segundos de a bordo de EEUU y Rusia, Marco Rubio y Serguéi Lavrov, ya se habían puesto de acuerdo en términos generales para terminar con esta guerra local y así evitar la posible conflagración mundial.

En ese encuentro de alto nivel se establecieron con suma claridad cómo sería posible la paz y el rol que ejercería la OTAN, materia incomprendida por el actor cómico de televisión, Zelenski, quien, en la mencionada reunión en la Casa Blanca, ante la prensa, se dedicó solamente a fustigar a los 2 dueños de casa, hablando pestes de Putin, demostrando solo su interés en continuar con el enfrentamiento armado, pero con recursos monetarios y militares provenientes de otros países.

Hemos sabido que el fin de semana pasado hubo una cumbre de urgencia en Londres, Inglaterra, con la presencia destacada de Zelenski, convocada por el primer ministro de este país, Keir Starmer, en conjunto con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ambos muy molestos con Trump, con la asistencia de otros tantos mandatarios europeos, incluyendo a Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, también enojado con Trump, quienes están proponiendo una tregua (sic) de un mes y según su resultado, enviarían a Ucrania todo tipo de equipamientos para enfrentar a Rusia.

Sobre esta presunta tregua, por noticias publicadas el 4 de marzo, Trump tomó la lógica decisión de suspender la millonaria ayuda a Ucrania hasta que Zelenski entre en razón y decida buscar la paz con Rusia, lo que podría ser posible si Inglaterra y Francia desisten de sus pretensiones bélicas. Por otro lado no se puede perder de vista que Hunter, hijo del ex presidente Joe Biden, mantenía diversos misteriosos tratos mercantiles con Zelenski, los que fueron detectados en EEUU e investigados en juicios políticos.

Se debe tener en cuenta que, sin el apoyo militar de EEUU, la OTAN no es absolutamente nada y si los países europeos, insensatos promotores de la continuación de la guerra, insisten en su descabellado propósito, tendrán que combatir solitos aumentando en gran medida sus gastos en defensa y más encima, con inciertos resultados. No estamos seguros que los aumentos de la carga fiscal en dichos países sea aceptada por sus empresarios y por la ciudadanía. Por el contrario, nadie en esos países desea más impuestos y mayores niveles de inflación.

En conclusión, entre la sensata propuesta de Trump para lograr la paz y la beligerante invitación de los mandamases de Inglaterra y Francia, quienes desean continuar con la refriega, luego promoviendo el lucrativo negocio de la guerra, con más destrucción de las ciudades y con infinitas nuevas muertes en combate, este columnista opta por la primera, resultando gracioso que los líderes políticos de la mayoría de los países europeos apoyan a Zelenski por ser un «verdadero demócrata e incansable luchador de los derechos humanos», a sabiendas que ello es una soberana mentira.

Mayores y más completos antecedentes sobre esta materia, en publicaciones del norteamericano Jeffrey Sachs, economista y académico de Harvard, conferencista internacional y asesor en países europeos.

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