
Exalcalde de Estambul lamenta ausencia de reacción contundente de Europa y EEUU por su detención
Imamoglu ha comunicado que ahora "nadie está a salvo en Turquía", un país que "se ha transformado en una república del miedo" bajo la batuta de Erdogan, y al que le espera un panorama catastrófico si la situación sigue así.
El ha denunciado este viernes desde las páginas del ‘The New York Times’ la falta de una reacción contundente por parte de Estados Unidos y los aliados europeos de Turquía a su detención el pasado fin de semana por cargos de corrupción, el líder opositor denuncia como una persecución política orquestada por el presidente Recep Tayyip Erdogan, un hombre que ha convertido a Turquía en una «república del miedo».
En una columna de opinión publicada por el medio estadounidense, titulada «Soy el principal rival del presidente turco. Fui arrestado», Imamoglu recuerda cómo el 19 de marzo fue apresado por vez primera por las autoridades en una escena que «se parecía más a la captura de un terrorista que a la del electo de la ciudad más grande del país».
Imamoglu pasa a asegurar que su detención «no fue para nada inesperada», y que en realidad representó la culminación de «meses de acoso legal» contra el exalcalde. «Pero como no puede derrotarme en las urnas, el presidente Erdogan ha decidido recurrir a otros métodos», ha añadido antes de enumerar los cargos que se le imputan «sin ningún tipo de pruebas creíbles»
Imamoglu ha avisado que ahora «nadie está a salvo en Turquía», un país que «se ha transformado en una república del miedo» bajo la batuta de Erdogan, y al que le espera un panorama catastrófico si la situación sigue así. «Se trata de algo más que una lenta erosión de la democracia: es el desmantelamiento deliberado de los cimientos institucionales», ha añadido.
Frente a esta situación, Imamoglu lamenta que ahora mismo no se siente respaldado por los aliados europeos de Turquía en un momento cuya detención representa «una nueva fase del descenso del país al autoritarismo y al ejercicio del poder arbitrario, en un país que ahora mismo se acerca al punto de no retorno».
«Líderes socialdemócratas y alcaldes de toda Turquía y otros países, desde Ámsterdam hasta Zagreb, demostraron su apoyo con valentía y principios tras mi arresto», ha aplaudido el líder del Partido Republicano del Pueblo, quien también ha asegurado que «la sociedad civil tampoco ha flaqueado». Sin embargo, sí que ha denunciado «el silencio ensordecedor» de «los gobiernos centrales de todo el mundo».
«Washington se ha limitado a expresar su preocupación por los recientes arrestos y protestas en Turquía. Con pocas excepciones, los líderes europeos no han ofrecido una respuesta contundente», ha lamentado el ex alcalde antes de avisar que «lo que ocurre en Turquía y en muchas otras partes del mundo demuestra que la democracia, el Estado de derecho y las libertades fundamentales no pueden sobrevivir en silencio ni sacrificarse por conveniencias diplomáticas disfrazadas de ‘realpolitik».
«La geopolítica no debería cegarnos ante la erosión de los valores, en particular las violaciones de derechos humanos. De lo contrario, legitimamos a quienes están desmantelando el orden global basado en normas, pieza por pieza», ha añadido antes de aplaudir que «el destino de la democracia depende de la valentía de estudiantes, trabajadores, otros ciudadanos, sindicatos y funcionarios electos, aquellos que se niegan a permanecer en silencio cuando las instituciones se desmoronan».
«Tengo fe en el pueblo turco y en el resto del mundo que lucha por la justicia y la democracia», concluye.