Que no cunda el pánico, recomiendan expertos ante posible impacto de asteroide en 2032

El cuerpo celeste, con un tamaño de entre 40 y 90 metros, pasó a fines de diciembre a 828.800 kilómetros de la Tierra, más de dos veces la distancia entre nuestro planeta y la Luna.

El asteroide 2024YR4, descubierto en diciembre por un telescopio instalado en Chile, se acercará a la Tierra en 2032, pero la posibilidad de que choque contra el planeta era de 1,6 por ciento el martes: que no cunda el pánico, dicen los expertos.

El cuerpo celeste, con un tamaño de entre 40 y 90 metros, pasó a fines de diciembre a 828.800 kilómetros de la Tierra, más de dos veces la distancia entre nuestro planeta y la Luna, y su órbita llevó a que la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN, en inglés) emitiera la primera alarma en la historia sobre un posible impacto.

«Se emite la alerta porque la probabilidad de impacto es mayor al 1 por ciento. Si bien es muy improbable, porque es casi 99 por ciento que no pase, al superar el 1 por ciento se emite la alerta ya que es un cuerpo bastante considerable», explicó la astrónoma uruguaya Andrea Maciel, del observatorio Los Molinos, ubicado en las afueras de Montevideo.

En la Escala de Turín, que va del 0 al 10 y es utilizada para medir el peligro de un impacto de los objetos cercanos a la Tierra, el 2024YR4 fue calificado como 3.

«Lo que se sabe es que si entra a la atmósfera en caso de impacto, habría una explosión en la atmósfera que tendría una influencia de unos 100 kilómetros a la redonda, causando diferentes tipos de daño», agregó Maciel.

El asteroide será visible hasta abril, para cuando ya podría calcularse con más precisión si impactará contra la Tierra, y luego en 2028, pero en una trayectoria no tan cercana, explicaron los astrónomos.

«Es muy posible que ya para este período de observación que va hasta abril, podamos dilucidar (si habrá impacto), muy posiblemente por la negativa. Pero hay que dejar la chance abierta y por eso un poco la alerta», comentó el astrónomo Gonzalo Tancredi.

Tanto la Agencia Espacial Europea (ESA, en inglés) como la NASA, y otros organismos astronómicos, dijeron que observan la trayectoria y analizan la posibilidad de impacto.

El 2024YR4 fue descubierto a fines de diciembre por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés), formado por cuatro telescopios ubicados en Hawái, Sudáfrica y Chile.

El posible impacto fue determinado para el 22 de diciembre de 2032 aunque aún es muy temprano para proyectar un lugar exacto de la caída, dijo la ESA.

El astrofísico Charles Liu, profesor en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), dijo en sus redes sociales que aunque las posibilidades de un impacto son mayores de lo usual, el riesgo es aún muy bajo.

Liu añadió que también en 2029 otro asteroide se acercará a la Tierra, pero que no implica peligro.

Según la ESA, el asteroide Apophis pasará a menos de 32.000 kilómetros de la superficie de la Tierra el 13 de abril de 2029, una distancia 10 veces más cerca que la Luna, y se lo podrá observar a simple vista en partes de Europa, África y Asia.

Cuando fue descubierto en 2024, las observaciones iniciales indicaron que por su tamaño, unos 375 metros, existía una posibilidad de impacto con consecuencias devastadoras, por lo que su nombre se debe al dios egipcio del caos y la destrucción.

Sin embargo, luego se descartó la posibilidad de un impacto por al menos los próximos 100 años.

Ojos en cielo

A fines de enero, el Grupo Asesor para la Planificación de Misiones Espaciales (SMPG, en inglés) analizó la posibilidad de impacto del 2024YR4 y concluyó que era muy pronto para tomar acciones.

El lunes dijo que se volverá a reunir hacia el final del período de observación del asteroide (fines de abril, principios de mayo) y recomendará acciones a las Naciones Unidas en caso de que la posibilidad de impacto sea mayor al 1 por ciento.

Y aunque en caso de un impacto no será la extinción de la humanidad, sí podría causar enormes daños.

El impacto podría ser similar a lo que se conoce como el evento Tunguska, una remota área en Siberia (Rusia), cuando en junio de 1908 una roca espacial de unos 37 metros de ancho que ingresó a la atmósfera causó una explosión que derribó 80 millones de árboles en un área de 2.100 kilómetros cuadrados, dijo Tancredi.

El corredor de riesgo de impacto, es decir la región en la que podría ocurrir, se extiende a través del oceáno Pacífico, el norte de América del Sur, el océano Atlántico, África, el mar Arábigo y el sur de Asia, dijo la IAWN.

En las próximas observaciones, la zona podría ser más precisa.

De acuerdo a los astrónomos, los sistemas de búsqueda de objetos que puedan ocasionar daños en la Tierra han mejorado en los últimos años, pero aún no hay un sistema de detección al 100 por ciento.

¿Puede ser que en algún momento ocurra que no se detecte un asteroide y haya muchos daños en la Tierra? Es una posibilidad, explicó Tancredi.

Los objetos de más de un kilómetro de diámetro están catalogados casi en su totalidad, pero los más pequeños no han sido descubiertos en su totalidad, agregó.

«Podría ocurrir que un objeto que no se conozca y no se haya podido observar en la aproximación a la Tierra, aparezca prácticamente sin ningún tipo de anuncio», comentó el astrónomo.

Si bien la tecnología existe para detectar objetos de menor tamaño, lo que faltan son los recursos financieros, agregó el experto uruguayo.

«Todavía no hemos logrado tener un sistema de alerta que cubra el cielo todas las noches», dijo, aunque destacó varios observatorios instalados en Chile.

El astrónomo uruguayo formó parte del equipo internacional que trabajó en la exitosa misión DART de la NASA para impactar un asteroide y desviar su trayectoria como una herramienta de protección para la Tierra.

Tanto la NASA como la ESA y otros organismos espaciales dijeron que siguen con los ojos puestos en el cielo monitoreando la órbita del asteroide. (Agencia Sputnik)

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