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Corte Suprema condena a Hospital Militar por error en diagnóstico de cáncer
El paciente de 53 años, que no tenía la enfermedad, fue sometido a varias sesiones de quimioterapia y su entorno informado que le quedaban pocos meses de vida.
La Corte Suprema ha determinado el pasado 13 de enero que el Hospital Militar de Santiago incurrió en falta de servicio al diagnosticar erróneamente a Pablo Gálvez Bravo con un cáncer, sometiéndolo a tres quimioterapias innecesarias.
El fallo, en cuya vista participaron los exsupremos Ángela Vivanco y Sergio Muñoz, resalta la importancia de contar con protocolos de verificación adecuados para evitar errores médicos que pueden afectar gravemente la vida de los pacientes y sus familias.
A la familia de Gálvez Bravo se le informó que le quedaban apenas 6 meses de vida.
La sentencia de reemplazo, emitida el 13 de enero de 2025, establece que “el Hospital Militar de Santiago, no otorgó al señor Gálvez Bravo, la atención de salud requerida de manera eficiente y eficaz, al entregarle un diagnóstico de cáncer sin corroborar debidamente su existencia”.
Según el tribunal, el primer diagnóstico de “colangiocarcinoma de mediana agresividad” se basó en estudios y una biopsia que, más tarde, se vieron cuestionados al considerarse inadecuados.
La justicia pudo llegar a esa determinación gracias a una carta del propio hospital donde detallan al abogado los hechos ocurridos con Gálvez.
El documento señala que el paciente, de 53 años, fue ingresado el 1 de diciembre de 2017 presentando dolor abdominal, fiebre e ictericia, síntomas compatibles con colecistitis aguda y posible colangitis, lo que llevó a la realización de una colecistectomía.
Posteriormente, se detectaron en su hígado múltiples nódulos de hasta 5 mm y, tras tomar una biopsia, el Comité Oncológico evaluó los resultados.
El 2 de marzo se concluyó que se trataba de un colangiocarcinoma intrahepático de mediana agresividad, lo que motivó el inicio de tres sesiones de quimioterapia (el 28 de marzo, el 18 de abril y el 10 de mayo).
Sin embargo, el 1 de junio, tras revisar nuevamente el caso y constatar que las lesiones eran subcapsulares y menores a 0,5 cm, un tercer médico reinterpretó el informe de la biopsia, atribuyendo las lesiones a la enfermedad de Von Meyenburg, una condición benigna.
El Comité Oncológico, en su revisión realizada una semana después de este nuevo diagnóstico, afirmó que “los implantes nodulares pueden ser compatibles con lesión biliar hamartomatosa con caracteres de complejos de Von Meyerburg, con atipias reactivas asociadas a colangitis aguda intrahepática severa”, lo que llevó a la suspensión del tratamiento y a la confirmación de la benignidad del cuadro.
Este cambio de criterio evidenció la falta de medidas de resguardo por parte del hospital, que, pese a contar con equipo técnico y profesional, no logró prevenir el error.
La resolución judicial, fundamentada en la Ley N° 19.966, no solo revoca la sentencia anterior, sino que también recalca el grave impacto moral y psicológico sufrido por Pablo Gálvez, quien desarrolló un estado depresivo-ansioso y estrés postraumático crónico. Además, se reconoce el efecto negativo de esta situación en su entorno familiar.
El fallo se erige como un llamado a reforzar la calidad y la eficiencia en la prestación de servicios de salud, subrayando que “la falta de servicio se presenta como una deficiencia o mal funcionamiento del servicio en relación a la conducta normal que se espera».
Con esta sentencia, la Corte Suprema insiste en la imperiosa necesidad de que los centros médicos verifiquen minuciosamente sus diagnósticos, evitando así consecuencias irreparables en la vida de los pacientes y sus familias.