Gobierno mexicano protesta ante Google por renombrar golfo de México

La misiva, enviada por el ministro de Exteriores mexicano, Juan Ramón de la Fuente, señala que "la denominación golfo de México no obedece a una imposición de una fuente gubernamental única, como erróneamente sugiere Google", y defiende que se trata de "una denominación aceptada y registrada históricamente.

El Gobierno de México ha enviado una carta a Google rechazando la decisión de la compañía tecnológica de cambiar el nombre del golfo de México por el de golfo de América en sus mapas en Estados Unidos, en línea con el anuncio del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.

La misiva, enviada por el ministro de Exteriores mexicano, Juan Ramón de la Fuente, señala que «la denominación golfo de México no obedece a una imposición de una fuente gubernamental única, como erróneamente sugiere Google», y defiende que se trata de «una denominación aceptada y registrada históricamente, lo cual además de constituir una costumbre internacional, se encuentra registrado legalmente en los índices de la Organización Hidrográfica Internacional (OHI)», de la que tanto México como Estados Unidos forman parte.

La presidenta del país latinoamericano, Claudia Sheinbaum, ha enseñado el documento durante la rueda de prensa matutina en la que ha declarado que «si un país quiere cambiar la designación de algo en el mar, solo se aplicaría hasta las doce millas náuticas (22 kilómetros). No puede aplicarse al resto, en este caso, al golfo de México. Esto es lo que le explicamos en detalle a Google».

Estas declaraciones llegan después de que Google anunciase a principios de esta semana que los usuarios de Google Maps en Estados Unidos verían la nueva denominación propuesta por Trump, defendiendo que su medida respondía a la «práctica de aplicar cambios de nombre cuando han sido actualizados en fuentes oficiales del Gobierno».

La Administración Trump decidió previamente cambiar de nombre oficial del golfo de México y el monte Denali (Alaska por golfo de América y monte McKinley, respectivamente, «que reafirman el compromiso de la nación de preservar el extraordinario patrimonio de EEUU y garantizar que las futuras generaciones de estadounidenses celebren el legado de sus héroes y sus bienes históricos».

Sheinbaum rechazó a principios de enero –antes de la toma del poder del republicano– esta propuesta y sugirió en tono irónico que Estados Unidos debería llamarse entonces «América Mexicana», apelando a un texto de principios del siglo XIX.

 

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