Críticas a Rusia por invasión de Ucrania marcan cumbre de la OSCE
El jefe de la diplomacia ucraniana, Andri Sibiga, ha sido uno de los más críticos, con un discurso contra las "atrocidades" en el que ha descrito a Rusia contra "la mayor amenaza para la seguridad del mundo". Le acusa de justificar la invasión con falsos pretextos y ahora de "mentir" cuando dice que quiere la paz.
La reunión de ministros de Exteriores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha arrancado este jueves en Malta con críticas a uno de los países presentes, Rusia, al que varios ministros han criticado su invasión de Ucrania en presencia del ministro de Exteriores, Sergei Lavrov.
El jefe de la diplomacia ucraniana, Andri Sibiga, ha sido uno de los más críticos, con un discurso contra las «atrocidades» en el que ha descrito a Rusia contra «la mayor amenaza para la seguridad del mundo». Le acusa de justificar la invasión con falsos pretextos y ahora de «mentir» cuando dice que quiere la paz.
«Hablan de negociaciones sólo para distraer la atención de lo que realmente hacen. Hay que observar sus acciones, no sus palabras», ha lamentado Sibiga, antes de recordar la más reciente ola de ataques contra infraestructuras críticas y objetivos civiles de Ucrania.
Así, ha llamado a no considerar a Rusia un «socio» de la UE, ya que su mera participación en esta organización representa «una amenaza para la cooperación en Europa», según el discurso recogido por el Ministerio de Exteriores, que ha confirmado también la salida de Sibiga y otros ministros de la sala antes del discurso de Lavrov.
Por su parte, el titular de Exteriores ruso ha denunciado que la OSCE es una «víctima» de los esfuerzos por «subordinar» Europa a los intereses de Estados Unidos. Considera que, tal como está concebida actualmente, no queda «ni un sólo ámbito» en el que la OSCE pueda ejercer algún papel «útil» para favorecer la seguridad y la cooperación europea y ha preguntado si no debería haber investigado el sabotaje a los gasoductos Nord Stream, del que se culpó a Moscú en un primer momento.
«Una OSCE así no tiene sentido», ha dicho Lavrov, para quien ahora existe «un riesgo mucho mayor» de que se repitan los riesgos que se consideraron aparcados tras el fin de la Guerra Fría, informa la agencia Interfax. Teme que de una guerra fría se pase a otra «caliente» al albor de la guerra en Ucrania, intensificada tras la invasión rusa de febrero de 2022.
SUCESIÓN DE CRÍTICAS
El ministro maltés, Ian Borg, anfitrión de la cita, ha dedicado parte de su intervención a advertir de la seguridad internacional y, en presencia de Lavrov, ha abogado por que la OSCE facilite una paz «justa y duradera» en Ucrania. Para ello, ha considerado imprescindible la retirada de las tropas rusas.
Por su parte, la ministra alemana, Annalena Baerbock, ha acusado a Moscú de librar un «juego cínico» dentro de la OSCE. «Al igual que Rusia utiliza bombas y aviones no tripulados para atentar contra la paz y la seguridad en Europa, (el presidente Vladimir) Putin también está atacando a la OSCE», ha declarado, según la agencia de noticias DPA.
Los gobiernos del este de Europa se habían mostrado ya antes de la reunión especialmente críticos con la presencia de Lavrov –varios países bálticos optaron por rebajar el nivel de su delegación– y el jefe de la diplomacia polaca, Radoslaw Sikorski, ha insistido desde La Valeta en que su homólogo ruso sólo va para «mentir».
«No me sentaré en una mesa con Lavrov», ha adelantado Sikorski, partidario de que la OSCE también expulse a Rusia de sus filas como han hecho otros organismos internacionales, entre ellos el Consejo de Europa. Fuentes oficiales citadas por el diario ‘Times of Malta’ han asegurado que Lavrov causará baja en la cena formal del primer día, centrada en la agresión rusa sobre el país vecino.
La OSCE, sin embargo, también acoge a países más afines a las tesis prorrusas como Hungría, cuyo ministro, Péter Szijjártó, ha vuelto a verse con Lavrov apenas unos días después de coincidir en Moscú. El Gobierno de Viktor Orbán ve factible una escalada derivada del conflicto en Ucrania, pero dentro de su denominada «misión de paz» es partidario por tender puentes y abrir un diálogo: «No hay solución en el campo de batalla».
PRIMER VIAJE A LA UE
La OSCE es uno de los pocos foros en los que Rusia aún puede compartir mesa con los países occidentales que le han impuesto sucesivas olas de sanciones como represalia por la invasión militar de Ucrania. En noviembre, Lavrov también encabezó la delegación rusa en la cumbre de líderes del G20 celebrada en Río de Janeiro (Brasil).
El foro de Malta, sin embargo, ha supuesto un hito por ser la primera entrada de Lavrov en territorio de la UE desde el inicio de la agresión, aunque en rueda de prensa, la portavoz del Servicio de Acción Exterior, Anitta Hipper, ha descartado cualquier contacto en Malta entre la Alta Representante de la UE para Política Exterior, Kaja Kallas, y el ministro ruso.
Lavrov figura en la lista negra de sanciones del bloque, pero como recuerdan fuentes comunitarias consultadas por Europa Press, sobre él no pesa ninguna restricción que impida los viajes, una medida que se hizo precisamente para permitir futuros contactos diplomáticos.
La UE sancionó con la congelación de activos a Lavrov junto al presidente ruso, Vladimir Putin, en una de las primeras rondas de restricciones, pocos días después de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, alegando su apoyo activo a acciones que socavan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania.