Un centenar de rehenes siguen secuestrados en Gaza un año después de los ataques de Hamás

De las 101 personas que continúan en cautiverio en Gaza, los restos sin vida de 33 de ellas se encuentran en manos del grupo armado palestino a la espera de llegar a un pacto para la entrega de sus cuerpos, una medida con la que Hamás ejerce presión sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Un centenar de rehenes siguen secuestrados en la Franja de Gaza un año después de que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas perpetraran unos ataques contra suelo israelí que se saldaron con más de 1.200 muertos y 255 rehenes, de los cuales se estima que solo 65 siguen con vida en el enclave palestino.

Estos atentados, que propiciaron el inicio de la más cruenta ofensiva israelí contra el enclave palestino, donde han muerto a la fecha más de 41.900 personas, se vieron seguidos desde el inicio por numerosas protestas en Israel a favor de alcanzar un acuerdo con Hamás que permitiera, precisamente, la liberación y el regreso con vida de estos rehenes.

Sin embargo, de las 101 personas que continúan en cautiverio en Gaza, los restos sin vida de 33 de ellas se encuentran en manos del grupo armado palestino a la espera de llegar a un pacto para la entrega de sus cuerpos, una medida con la que Hamás ejerce presión sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cuya gestión de la situación ha sido durante criticada por las familias.

Se estima que hace un año Hamás trasladó los cuerpos sin vida de 37 de los 255 rehenes que habían muerto durante los ataques a la Franja de Gaza, de los cuales 24 siguen allí, mientras que trece han sido recuperados por las fuerzas israelíes. Otros 34 rehenes murieron bajo cautiverio –seis de ellos durante operaciones del Ejército israelí–, pero solo nueve de estos cuerpos siguen en la manos de la milicia palestina.

Este mismo lunes, las autoridades de la ciudad de Petah Tikva han informado de que uno de los rehenes, Idan Shtivi, de 28 años, había muerto el 7 de octubre durante el ataque contra el festival de música Nova, por lo que su cuerpo fue trasladado ya sin vida a Gaza, donde se encuentra retenido junto al resto de rehenes.

Aunque la liberación de estos rehenes sigue siendo una demanda esencial exigida por la parte israelí para lograr un alto el fuego en la zona, familiares, allegados y voces críticas con el Gobierno acusan a Netanyahu de actuar de forma «ineficiente» para lograr la puesta en libertad de aquellos que siguen con vida en la zona.

Así, la esperanza de lograr que los rehenes vuelvan a casa con vida se desvanece a medida que el tiempo avanza, y muchos familiares han dicho sentirse impotentes y abandonados por las autoridades, más centradas en sus objetivos belicistas.

PROTESTAS CONTRA EL GOBIERNO

Esta postura ha llevado a miles de personas a manifestarse en las calles de Israel contra el Gobierno de Netanyahu, que antes de los ataques del 7 de octubre ya se enfrentaba a una caída de los niveles de aprobación entre los israelíes por sus continuados intentos de socavar la separación de poderes con una polémica reforma judicial.

Sin embargo, el estatus de los rehenes ha sido un tema central en el marco de esta última guerra abierta entre Hamás e Israel, quienes lograron llegar en noviembre a una tregua de una semana que facilitó la liberación de 112 secuestrados, a los que se sumaron otros ocho rescatados por las fuerzas israelíes durante un operativo.

La guerra se reanudó en diciembre y, pocos días después, el Ejército de Israel puso en marcha su primer gran asalto contra el sur de Gaza, a las afueras de la ciudad de Jan Yunis. Posteriormente, tres rehenes murieron a manos del Ejército israelí al ser confundidos con presuntos atacantes.

El pasado mes de abril, miles de personas se unieron para protestar contra las autoridades y pedir a Netanyahu un alto el fuego inmediato que incluyera la liberación de los rehenes, pero las demandas y las protestas no han surtido efecto de momento a pesar de que las conversaciones auspiciadas en mayo por Egipto parecían avanzar hacia buen puerto.

Hamás dijo entonces haber aceptado la propuesta de alto el fuego, pero los altos cargos israelíes la consideraron una «treta», por lo que la ofensiva siguió adelante. Posteriormente, en junio, cuatro rehenes fueron rescatados por las fuerzas israelíes en una operación llevada a cabo en Nuseirat que fue descrita como «heroica» por el Gobierno israelí, pero tildada de «atroz» por las autoridades palestinas, que alertaron de que el campo de refugiados de la zona vivió escenas «propias de una película de terror».

DOS SEMANAS SIN ABORDAR EL ASUNTO

La situación ha llevado al propio ministro de Defensa, Yoav Gallant, a admitir que la situación de los cautivos no ha sido abordada durante al menos dos semanas por el Gobierno. Así lo ha señalado durante un encuentro con los familiares de los secuestrados, a los que ha garantizado que está «comprometido con la idea de devolverlos a todos a casa».

«Espero poder conseguir que todo el Gabinete piense igual», ha puntualizado antes de pedir perdón a las familias, cuyo representante ha alertado de que hace más de un mes que «no oyen nada sobre el asunto». «Nos informamos a través de los medios de comunicación y no a través del Gobierno», ha recriminado a Gallant.

En este sentido, ha pedido a las autoridades «no olvidarse de este asunto» y han recalcado que ambas cuestiones «son importantes». «Tenemos la sensación de que el Gobierno se dirige ahora en otra dirección, dejando de lado el caso de los rehenes», ha puntualizado.

Gallant, por su parte, ha incidido en que «no ha olvidado a los secuestrados», al tiempo que ha defendido que el Ejército «los tiene en cuenta» a pesar de que sus allegados no cuenten con toda la información existente.

Mientras, varios altos cargos de Israel en materia de seguridad han alertado al primer ministro de que existe una disminución de la información disponible relacionada con los rehenes y han afirmado que hay indicios claros de que su situación «se ha deteriorado de forma significativa».

«Cuanto más tiempo pasa, hay cada vez menos información de Inteligencia sobre los rehenes, y eso es muy preocupante», han aseverado fuentes cercanas al asunto en declaraciones al portal de noticias israelí Ynet. «Parece que nadie está lidiando con este asunto, ni siquiera los mediadores, y que la gente se está rindiendo», ha continuado antes de manifestar que la cuestión «parece desaparecer de la agenda a medida que aumenta el temor a una guerra regional».

Hamás ha destacado que el grupo no está dispuesto a hacer concesiones respecto a sus demandas para lograr un acuerdo que implique la liberación de los secuestrados y el establecimiento de una tregua definitiva, por lo que ha insistido en la necesidad de que el pacto incluya una retirada completa de las tropas israelíes del enclave palestino –algo a lo que Israel se niega–.

Jalil al Haya, número dos de la milicia en Gaza, ha aseverado que no aceptarán ahora propuestas que no se aceptaron en el pasado. «Lo que la ocupación no logró imponer por la fuerza no será aceptado en la mesa de negociaciones», ha defendido durante un discurso con motivo del aniversario de los ataques, los cuales ha elogiado.

«La causa palestina se ha convertido en una causa principal en el mundo, y ahora las partes se han dado cuenta de que no puede haber seguridad ni estabilidad en la región a menos que nuestra gente obtenga todos sus derechos», ha aclarado antes de calificar los atentados como «gloriosos».

Sin embargo, la violencia sigue aumentando en la región a medida que el Ejército de Israel sigue adelante con su oleada de bombardeos, ahora también contra Líbano, que ha registrado más de 2.000 muertos durante las últimas semanas. Este repunte de las hostilidades, que se han ampliado a otros territorios, se enmarca en los enfrentamientos desatados desde hace casi un año, cuando el partido-milicia libanés Hezbolá atacó territorio israelí tras el inicio de la ofensiva contra Gaza.

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El Periodista