Sáhara marroquí: Una nueva era de cooperación impulsada por el Rey de Marruecos
La nueva estrategia reafirma el papel central del Sáhara en la visión de Marruecos para un futuro común en África, consolidando su posición en el escenario internacional como un defensor del desarrollo y la estabilidad regional.
Bajo el liderazgo de Mohammed VI, Rey de Marruecos, el país africano ha adoptado un enfoque proactivo y renovado sobre la cuestión del Sáhara, que está ganando reconocimiento a nivel internacional.
Este cambio estratégico no solo subraya la importancia del Sáhara como eje de comunicación e intercambio, sino que también resalta su papel fundamental en el desarrollo social, económico y cultural del Reino.
El nuevo enfoque rompe con el anterior, caracterizado por una reacción a los desafíos. Ahora, Marruecos, guiado por una «lógica de iniciativa, firmeza y proactividad», presenta el Sáhara no como un conflicto territorial, sino como una oportunidad para el desarrollo y la cooperación regional. Este cambio responde a la visión del monarca alauí, quien ha impulsado una serie de iniciativas clave con el objetivo de posicionar al Sáhara como un pilar central en la política exterior marroquí.
Uno de los proyectos más emblemáticos de esta estrategia es el gasoducto Marruecos-Nigeria, que busca conectar los recursos energéticos de África Occidental con los mercados europeos, promoviendo al mismo tiempo la integración regional. Además, iniciativas como el Proceso de los Estados Africanos Atlánticos y la Iniciativa Real para facilitar el acceso de los países del Sahel al Océano Atlántico, demuestran la intención de Marruecos de fortalecer sus lazos con sus vecinos y promover el desarrollo conjunto.
Este enfoque dinámico y decidido se despliega en un contexto internacional complejo, pero Marruecos sigue mostrando la solidez de su posición y la legitimidad de sus derechos históricos sobre el Sáhara. Así, el Reino refuerza su papel como un actor clave en la cooperación internacional, transformando el Sáhara en un símbolo de unidad y progreso en lugar de un territorio en disputa.