Metro: Investigación revela que la quema de estaciones en el 18-O fue «sin mayores conexiones»

A cinco años del estallido social de octubre de 2019, el Metro de Santiago continúa lidiando con las consecuencias de la destrucción de su infraestructura. Siete estaciones fueron completamente incendiadas, 18 parcialmente quemadas, y otras 93 resultaron dañadas.

Felipe Bravo, gerente general de Metro, informó que la empresa ha presentado 90 querellas, y que hasta el momento, hay 101 imputados y 53 personas condenadas por delitos como daño, hurto, receptación e incendio. Sin embargo, el ejecutivo aclaró que las investigaciones indican que los ataques a las estaciones parecen haber sido «hechos particulares, sin mayores conexiones» entre sí.

En cuanto a si los hechos fueron coordinados o producto de individuales, el gerente general explicó en T13 que «hasta ahora lo que han ido arrojando las distintas sentencias es que son situaciones más bien particulares y sin mayores conexiones. Hasta donde hemos podido nosotros enterarnos, eso es a lo que se ha llegado Desconocemos si es que hay algo más allá de eso»

Bravo recordó los días de caos que precedieron al 18 de octubre de 2019, cuando las evasiones masivas de estudiantes marcaron el inicio de la tensión. A pesar de que la empresa no tiene control sobre las tarifas, el alza de $30 fue el detonante del descontento social. Aunque esperaban protestas, no anticiparon la magnitud de la violencia que se desataría, con la primera gran señal de destrucción registrada el 17 de octubre en la estación San Joaquín.

El gerente también destacó los esfuerzos comunitarios para reconstruir las estaciones, mencionando el caso de San Pablo, donde los vecinos espontáneamente se unieron para limpiar la estación un día después de ser incendiada. Este gesto, según Bravo, fue un símbolo de esperanza y motivación para seguir adelante.

La reconstrucción de la red fue un proceso arduo, pero Bravo subrayó que lo más importante fue el vínculo comunitario, reconociendo que Metro es más que una empresa de transporte, y que juega un rol crucial en la equidad y las oportunidades en la ciudad.

En cuanto al impacto emocional, Bravo describió el periodo como uno de los más difíciles para los trabajadores de Metro, quienes en muchos casos sintieron que sus vidas estaban en riesgo.

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