Comienza en Bolivia segundo juicio contra Jeanine Áñez
Se trata del segundo juicio a Áñez, en prisión desde marzo de 2021 y condenada en diciembre de 2023 a diez años por lo ocurrido en Bolivia en noviembre de 2019 que llevaron a la renuncia del expresidente Evo Morales por acusaciones de fraude electoral.
Este lunes comienza en Bolivia el juicio contra Jeanine Áñez y otros líderes de la oposición por delitos de terrorismo, sedición y conspiración, por los hechos acontecidos en la crisis política de noviembre de 2019 que llevaron a la renuncia del expresidente Evo Morales entre acusaciones de fraude electoral.
Se trata del segundo juicio a Áñez, en prisión desde marzo de 2021 y condenada en diciembre de 2023 a diez años por lo ocurrido aquellos días. Junto a ella se sientan en el banquillo de los acusados el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho y su compañero de partido y candidato a la vicepresidencia Marco Pumari.
En el caso bautizado como ‘Golpe I’, Áñez está acusada de terrorismo en grado de complicidad, mientras que el resto lo están como autores. Entre los acusados están también el antiguo titular de Defensa y prófugo de la justicia, Fernando López; el exminitro de Gobierno Arturo Murillo, preso en Estados Unidos por corrupción, así como ex altos mandos de las Fuerzas Armadas, también en paradero desconocido.
Si bien Áñez se encuentra en el penal de Miraflores, en La Paz, Camacho y Pumari serán trasladados hasta la ciudad para poder comparecer ante el tribunal. El gobernador de Santa Cruz ha denunciado este lunes a través de su página de Facebook que todo este proceso se trata de una «farsa judicial» y una «venganza».
«Quiero decirle al pueblo boliviano que asistiremos a este proceso con la misma energía y determinación que asumimos cuando nos levantamos contra el fraude el 2019. Somos absolutamente conscientes de que esta farsa judicial es una venganza y un intento de intimidación», ha escrito.
En noviembre de 2019 las protestas contra Evo Morales por supuesto fraude en las elecciones motivaron su renuncia y salida del país. Sin embargo, la autoproclamación como presidenta de Áñez, quien entonces ejercía como segunda vicepresidenta del Senado trajo consigo un periodo de inestabilidad política que se saldó con decenas de muertes, como las de las masacres de Sacaba y Senkata.