Carlos Peña señala que Caso Monsalve daña imagen y prestigio de Carolina Tohá
El rector de la UDP, en su columna de El Mercurio, sostiene que la ministra demoró o consintió que se demorara la información sobre la denuncia que pesaba sobre el entonces subsecretario.
En una columna publicada hoy en el diario El Mercurio, el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, cuestiona duramente la actuación del subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, en un delicado caso que involucra la denuncia de una posible violación.
Según Peña, la gestión del subsecretario y la forma en que el Gobierno ha abordado la situación han generado un daño significativo a la imagen de la administración del Presidente y, en especial, de la ministra del Interior, Carolina Tohá.
El incidente se remonta al 22 de septiembre, cuando, tras una cena en un restaurante del centro de Santiago, Monsalve fue alertado por una funcionaria, quien despertó a su lado denunciando haber sido violada. Sin embargo, a pesar de la gravedad de la acusación, el subsecretario no informó de inmediato a la ciudadanía ni al Gobierno, optando por el silencio durante días. El caso solo salió a la luz pública cuando La Segunda lo divulgó varios días después.
Peña señala que la actitud de Monsalve es inexplicable dado que, aunque no se sabe si hubo un delito, lo cierto es que no estuvo a la altura de sus responsabilidades al mantener oculto un hecho de tal magnitud. «Basta recordar que el día 22 de septiembre concluía un fin de semana largo», comenta Peña, agregando que en ese contexto el subsecretario tenía la obligación de estar alerta ante posibles desórdenes o problemas de seguridad, algo que fue comprometido al verse envuelto en una situación personal tan delicada.
Lo que preocupa al autor de la columna no es solo la falta de respuesta inmediata, sino también las implicancias políticas de la demora. Peña destaca que el impacto más grave ha recaído sobre la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien, en su rol, debería haber gestionado la información con mayor celeridad. Según sus palabras, «lo que no cabe duda es de que esto daña objetivamente la imagen del Presidente y el prestigio del Gobierno, y especialmente de Carolina Tohá, puesto que ella es una mujer que recibe la noticia de una probable agresión sexual a otra y, sin embargo, demora, o consiente se demore, esa información de una manera inexplicable».
El rector de la UDP también subraya el contraste que esto presenta con el discurso feminista que ha sido promovido por el Gobierno actual. Peña lamenta que, en un contexto donde se busca poner fin a las relaciones de poder asimétricas y asegurar la protección de las mujeres, la ministra haya permitido tal retraso en un caso de agresión sexual. «Se esperaría que un gobierno feminista no solo se esmerara en nombrar mujeres en los cargos, sino también tener especial cuidado con las relaciones de poder emanadas de la división sexual del trabajo», escribe.
La crítica del columnista se centra también en la falta de transparencia en la comunicación del Gobierno, al señalar que la decisión de no informar a tiempo, «quizá por resaca o por culpa», como sugiere Peña, pone en tela de juicio el compromiso con la verdad y la rendición de cuentas ante la ciudadanía. «Es claro que en un supuesto lapsus de ese tipo el subsecretario además de aprovechar de verificar los videos del hotel, actuaba ante el Congreso como si nada hubiera ocurrido, con la anuencia tácita, se sabe ahora, del Presidente y la ministra», añade Peña.
El manejo del caso, tal como lo expone Carlos Peña, es especialmente dañino para un Gobierno que ha hecho del feminismo una de sus banderas principales, y para una ministra que, según el autor, debería haber actuado con mayor firmeza frente a una denuncia tan grave.