El Papa pedirá perdón por pecados de la Iglesia, antes del comienzo del Sínodo

Según el documento facilitado por la Secretaría General del Sínodo, "una Iglesia que quiere caminar juntos necesita siempre reconciliarse". En este sentido, se ha considerado que el perdón "constituye la realización fundamental de la Iglesia, porque sintetiza su naturaleza y su misión".

El Papa presidirá en la Basílica de San Pedro una vigilia penitencial para «pedir perdón» por los pecados de la Iglesia el próximo 1 de octubre en la basílica de San Pedro, un día antes de que arranquen las sesiones del XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en el que participarán 368 padres y madres sinodales, entre ellos dos obispos chinos.

La reunión de obispos de todo el mundo partirá al día siguiente, el 2 de octubre y se extenderá hasta el 27 de octubre, estará precedida por la vigilia penitencial en San Pedro «abierta a todo el mundo» y en la que «se llamarán por su nombre pecados que causan más dolor y vergüenza» en la Iglesia, según ha señalado el cardenal Mario Grech, en la presentación del Sínodo.

La vigilia, organizada por la Secretaría General del Sínodo y la diócesis de Roma en colaboración con la Unión de los Superiores Generales y la Unión Internacional de Superioras Generales, contará con tres testimonios de víctimas de algunos estos pecados: víctima de la guerra, de los abusos y de las migraciones.

En particular, se confesarán los pecados contra la paz y contra la creación, los pueblos indígenas y los migrantes, contra las mujeres, las familias y los jóvenes o contra la pobreza. También se hablará del pecado de los abusos, del de la doctrina utilizada como piedra que hay que arrojar contra el otro, o de aquel que va contra la sinodalidad, la comunión y la participación de todos.

«No se trata de denunciar el pecado de los demás, sino de reconocerse parte de aquellos que por omisión o acción se convierten en causa de sufrimiento, responsables del mal sufrido por los inocentes o indefensos. Al final de esta confesión, el Santo Padre dirigirá, en nombre de todos los cristianos, una petición de perdón a Dios y a los hermanos de toda la humanidad», ha explicado Grech.

Según el documento facilitado por la Secretaría General del Sínodo, «una Iglesia que quiere caminar juntos necesita siempre reconciliarse». En este sentido, se ha considerado que el perdón «constituye la realización fundamental de la Iglesia, porque sintetiza su naturaleza y su misión».

«El papa Francisco nos ha enseñado que también es necesario pedirlo, llamando a los pecados por su nombre, sintiendo dolor e incluso vergüenza», ha explicado en este sentido el secretario general del Sínodo respecto a esta novedosa iniciativa.

«Obviamente no todos con el mismo valor, pero sobre todo como actos contra el Evangelio, por los que no se da el testimonio de una Iglesia sinodal», ha añadido el cardenal luxemburgués y relator general de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Jean Claude Hollerich.

UNA CUARTA PARTE DE PARTICIPANTES NO SON OBISPOS

En cuanto al número de delegados del Sínodo, destaca que una cuarta parte de los participantes no serán obispos. Así de los 368 participantes, 96 serán laicos, religiosos o sacerdotes.

Aunque no hay grandes cambios respecto a la organización del Sínodo en relación a la reunión de obispos del 2023, los organizadores han incluido algunos foros que estarán abiertos al público. Una novedad que surge de la petición de los participantes en el Sínodo de comprender mejor los temas sinodales. Con todo, las discusiones principales seguirán siendo confidenciales de manera que ningún delegado podrá adelantar los contenidos o las posiciones de los debates.

En todo caso, el Papa ha dejado fuera de las discusiones del Sínodo los temas más controvertidos que fueron planteados en la asamblea de 2023 y que, precisamente por su complejidad, ya no se tratarán en la cita de octubre del 2024.

Entre ellos, quedan fuera las cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas, como el acceso de las mujeres al diaconado, el celibato sacerdotal y la apertura a ordenar sacerdotes casados, la acogida a los homosexuales o a los divorciados vueltos a casar.

Tampoco se tratarán otros temas como la escucha del clamor de los pobres; la misión en el contexto digital; los criterios de selección de los candidatos al episcopado; o los frutos del camino ecuménico en las prácticas eclesiales.

En julio se conoció que el Vaticano había dejado fuera, a petición del Papa, estos temas, que tratarán diez grupos de trabajo de expertos teólogos y funcionarios vaticanos, dejando la reflexión en manos del Dicasterio de la Doctrina de la Fe.

La agenda del Sínodo prevé que estos expertos y técnicos informen sobre el estado de sus reflexiones en el Sínodo de octubre, pero el Papa ha extendido los plazos para que tengan más tiempo a disposición para presentar sus conclusiones, que deberán concluir en junio de 2025. (Europa Press)

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El Periodista