Ángela Vivanco, una Figura Clave y Controvertida en la Corte Suprema

Con un estilo que ha generado tanto admiración como controversia, su carrera judicial ha estado marcada por conexiones políticas, decisiones inesperadas y conflictos internos.

Ángela Vivanco, ministra de la Corte Suprema desde 2018, ha sido una figura destacada y controvertida en el ámbito judicial y político chileno.

Abogada graduada de la Pontificia Universidad Católica, donde también es profesora de Derecho Público, Vivanco llegó al máximo tribunal en un cupo de abogada externa, nombrada por el expresidente Sebastián Piñera.

Su trayectoria y redes políticas la han mantenido en el centro de varias polémicas, tanto dentro como fuera de la Corte Suprema.

Trayectoria y Redes Políticas

En los años 90, Vivanco fue presidenta del partido Unión de Centro Centro (UCC), fundado por Francisco Javier Errázuriz, y candidata a diputada por RN en 1997, lo que generó resistencia en sectores de izquierda cuando fue propuesta para la Corte Suprema.

A lo largo de su carrera, ha mantenido amplias conexiones en el mundo político y académico. Su estilo frontal y locuaz la ha destacado como una ministra directa, mucho más política que su antecesora en la vocería de la Suprema, Gloria Ana Chevesich.

Controversias Judiciales y el Caso Hermosilla

Su paso por la Corte Suprema no ha estado exento de controversias. En junio de 2023, fue apartada de su rol de vocera tras una polémica interpretación del fallo contra las Isapres, lo que generó una crisis interna en la Corte. Además, un reciente reportaje de Ciper reveló conversaciones entre Vivanco y el abogado Luis Hermosilla, en las que ella le solicitaba apoyo para su nombramiento en la Suprema en 2018. Estas revelaciones, que incluyen diálogos hasta 2023, han provocado que el presidente de la Corte, Ricardo Blanco, convocara a un pleno de emergencia, y algunos diputados han anunciado una posible acusación constitucional en su contra.

Actualmente está suspendida de su cargo y se abrió un cuaderno de remoción en su contra.

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Un Estilo Conservador y Sorprendente

A lo largo de su carrera, Vivanco ha sido vista como una figura conservadora. Representó a la Universidad Católica en un recurso contra el Ministerio de Salud por la objeción de conciencia en la Ley de aborto. No obstante, sorprendió al votar a favor de un fallo que permitió el cambio de sexo registral a una persona trans, lo que evidenció su capacidad para abordar temas desde una perspectiva más pragmática que ideológica.

En julio de este años, Vivanco presentó un recurso para inhabilitar a dos jueces de la Comisión de Ética de la Suprema, acusando animadversión en su contra, lo que expuso divisiones internas dentro del tribunal.

Este conflicto surgió tras un reportaje que vinculaba a su pareja, Gonzalo Migueles, en conversaciones sobre nombramientos judiciales, que fueron descubiertas en el contexto del Caso Audios, donde también aparece involucrado Luis Hermosilla.

Perfil Académico y Personal

Vivanco ha mantenido una larga carrera académica, siendo profesora en la Facultad de Derecho de la UC y Decana de la Universidad Santo Tomás. Tiene un doctorado en Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de La Coruña y ha sido reconocida por su labor docente con un homenaje de la UC en 2023. A nivel personal, estuvo casada con el abogado Raúl Madrid, con quien tiene una hija, y actualmente es pareja de Gonzalo Migueles.

La jurista además ha sido activa en la defensa de la Constitución de 1980. Escribió el libro titulado Curso de Derecho Constitucional (dos tomos, Ediciones Universidad Católica de Chile) y participó en un texto divulgado en octubre de 2015 por la UDI «Chile no necesita una Nueva Constitución», preparado por un grupo de estudios constitucionales encabezado por Edmundo Eluchans e integrado por los entonces diputados de la bancada UDI Arturo Squella , Renzo Trisotti, Marisol Turres y Juan Antonio Coloma, además de los académicos Arturo Fermandois, Max Pavez, Edgardo Palacios Angelini , Jorge Jaraquemada y Jorge Barrera, incluyendo a la misma Ángela Vivanco.

«Creemos que Chile tiene una buena Constitución, porque reconoce y protege los derechos fundamentales de las personas y garantiza más y mejores mecanismos protectores de los mismos, porque fortalece y amplía la dignidad humana, porque confía en el Estado de Derecho como marco jurídico bajo el cual se desenvuelve el sistema democrático, porque establece la necesidad de un manejo responsable y no populista de las finanzas públicas», expresa el documento.

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