Hamás pide a palestinos que se atrincheren en mezquita de Al Aqsa

Hamás ha instado a los palestinos a hacer todo lo posible para frenar a los "extremistas sionistas" que buscan profanar los lugares sagrados, después de que el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, volviera a pasearse por la Explanada de las Mezquitas exigiendo el derecho de los judíos a rezar allí.

El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha hecho este viernes un llamamiento a los palestinos de Jerusalén y Cisjordania para que se atrincheren en la mezquita de Al Aqsa, cuando se cumplen 55 años de su incendio premeditado y en medio de los desafíos israelíes al ‘statu quo’ que rige el lugar.

«Pedimos a las masas de nuestro pueblo en la ciudad de Jerusalén y a nuestro pueblo en los territorios ocupados y en toda Cisjordania a continuar viajando, vinculándose y recluyéndose este viernes en la bendita mezquita de Al Aqsa», ha expresado Hamás, según recoge el diario ‘Filastin’, afín al grupo.

Hamás ha instado a los palestinos a hacer todo lo posible para frenar a los «extremistas sionistas» que buscan profanar los lugares sagrados, después de que el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, volviera a pasearse por la Explanada de las Mezquitas exigiendo el derecho de los judíos a rezar allí.

«El fuego no se apagará excepto desarraigando la ocupación», ha enfatizado Hamás, quien también se ha dirigido a la diáspora y a «las masas de los pueblos libres del mundo» para que este viernes ocupen plazas y ciudades en solidaridad con Gaza, donde Israel ha matado ya más de 40.250 desde el 7 de octubre.

El ‘statu quo’ en la Explanada de las Mezquitas impide a los judíos rezar en el lugar y autoriza únicamente que lo visiten en horarios predeterminados y o recorran a través de una ruta fijada, acompañados por policías. En la zona estuvieron ubicados el Primer y el Segundo Templo, una herencia histórica destruida de la que sólo queda como vestigio el Muro de las Lamentaciones.

Sin embargo, en la Explanada también se encuentra la Mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado del islam, lo que obliga a las partes a mantener un delicado equilibrio para no prender ninguna mecha que pueda desencadenar una ola de tensiones políticas e incluso violencia. (Europa Press)

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El Periodista