UNRWA denuncia que sede en Gaza fue convertida en «campo de batalla» y «destruida»

"Las instalaciones de la ONU deben ser protegidas en todo momento. Nunca deben ser usadas para objetivos militares o de combates", ha declarado el comisionado general del organismo, Philippe Lazzarini,

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) ha denunciado este lunes que su principal sede en la ciudad de Gaza ha sido convertida «en un campo de batalla» y que ha sido «destruida» a causa de las operaciones llevadas a cabo por el Ejército de Israel, en el marco de la ofensiva militar contra el enclave palestino.

«Impactante», ha dicho el comisionado general del organismo, Philippe Lazzarini, quien ha afirmado en su cuenta en la red social X que se trata de «otro episodio de flagrante desprecio del Derecho Internacional Humanitario», después de que el Ejército haya confirmado varios ataques e incursiones en las instalaciones, en las que asegura que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contaba con varias instalaciones.

«Las instalaciones de la ONU deben ser protegidas en todo momento. Nunca deben ser usadas para objetivos militares o de combates», ha señalado, antes de hacer hincapié en que «toda guerra tiene reglas». «Gaza no es una excepción», ha declarado.

La UNRWA ha citado además un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que señala que serían necesarios 15 años para retirar los cerca de 40 millones de toneladas de escombros causados hasta ahora por la ofensiva de Israel, lanzada tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás y otras facciones palestinas.

«Los escombros suponen una amenaza mortal para la población en la Franja de Gaza, ya que pueden contener artefactos explosivos no detonados y sustancias dañinas», ha dicho la agencia, que ha resaltado que el informe del PNUD refleja que estos esfuerzos costarían más de 500 millones de dólares (cerca de 460 millones de euros).

El Ejército de Israel desencadenó una ofensiva contra Gaza tras los ataques del 7 de octubre, que dejaron cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados. Las autoridades de Gaza, controladas por el grupo islamista palestino, han denunciado más de 38.600 muertos, a los que se suman más de 560 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este en operaciones por parte de las fuerzas israelíes o en ataques perpetrados por colonos. (Europa Press)

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El Periodista