Mujeres, periodismo y #mediosSinViolencias

Por Victoria Uranga, periodista.

No da lo mismo cómo los medios de comunicación representan o construyen realidades, en particular cómo dan cuenta de las relaciones de género y si están reforzando o no percepciones erróneas o desequilibrios entre mujeres y hombres.

No da lo mismo porque tiene consecuencias y pueden hacer mucho daño.

No da lo mismo porque al escuchar y ver en las noticias que hay más voces de mujeres como expertas y líderes, al ver sus historias centralizadas de manera tal que ejerzan presión sobre los roles de género estereotipados y simplistas, los medios de comunicación pueden contribuir con representaciones más inclusivas y empoderadoras.

Sin embargo, este cambio ha sido demasiado lento.

El último Monitoreo Global de Medios (GMMP, por sus siglas en inglés) realizado el 2020 por la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC) con el apoyo de ONU Mujeres, reveló que se necesitarán al menos 67 años para cerrar la brecha de igualdad de género en los medios de comunicación. Entre 2015 y 2020, la proporción de temas y fuentes en que las mujeres tienen presencia en las noticias solo aumentó un punto, alcanzando apenas el 25%.

El GMMP es la investigación con mayor trayectoria sobre género en los medios de comunicación a nivel mundial. Desde 1995, este monitoreo se realiza cada cinco años para evaluar indicadores clave de género en los medios. En la edición de 2020 participaron 116 países y se monitorearon 30.172 noticias de 2.251 medios (diarios, radio, televisión y medios digitales).

Chile ha participado en todas las ediciones del monitoreo, y los resultados muestran un congelamiento en los avances.

Las mujeres continúan apareciendo en los medios chilenos principalmente como parte de una “opinión popular” (45%) y como relatoras de experiencias personales (32%). Como expertas o comentaristas, solo están presentes en el 29% de las ocasiones, mientras que los hombres dominan como fuentes noticiosas expertas el 71% del tiempo.

El 2025 se cumplirán treinta años desde la realización de la Cuarta Conferencia Mundial de la ONU sobre la Mujer en Beijing (1995). Ahí, el rol de los medios de comunicación se identificó como una de las 12 áreas críticas de acción para el avance de las mujeres y el logro de la igualdad entre mujeres y hombres.

El próximo año también se realizará la séptima versión del GMMP, por lo tanto, será una gran oportunidad para evaluar resultados y reenfocar estrategias.

Pero, comencemos hoy mirando al interior de los medios de comunicación ¿Son los medios espacios de igualdad, libres de violencia y acoso? El estudio “Medios sin violencias. La urgencia de políticas de abordaje y prevención”, sugiere que no.

Esta investigación fue hecha a nivel de América Latina y el Caribe por la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, en conjunto con la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC) y con el apoyo del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) de la UNESCO. Participaron periodistas de 95 medios de comunicación pertenecientes a Perú, Argentina, México, Colombia, Panamá, Brasil, Uruguay, Ecuador, Venezuela, Paraguay, Bolivia, República Dominicana, Honduras y Chile.

Los resultados evidencian que el 75% de las y los integrantes de medios de participantes conoce al menos un caso de violencia de género hacia periodistas y que la mayoría de las agresiones ocurre en las redacciones, estudios y oficinas. Le sigue el ámbito digital, a través de redes sociales, plataformas digitales, mails y aplicaciones de mensajería instantánea. En uno de cada 10 casos se combinan ambos tipos de violencias. Los agresores offline suelen ocupar cargos jerárquicos altos, mientras que la violencia online involucra especialmente a funcionarios gubernamentales y políticos.

Otros datos reveladores muestran que el 57% de los medios de la región no tiene protocolos para abordar la violencia laboral de género y solo el 18.5% cuenta con áreas especializadas de atención.

¿Posibles “motivos” para las violencias? Los más frecuentes son: expresión de posicionamientos feministas y/o políticos partidarios, por el hecho de ser mujeres, y reclamos salariales. La apariencia también juega un rol relevante en las descalificaciones.

Sandra Chaher, presidenta de Comunicación para la Igualdad en Argentina y coordinadora de la investigación afirma: “La violencia de género es un problema estructural vinculado a las relaciones de poder que requiere de un compromiso constante de todas las personas que trabajan en los medios para desarticularla”. Es fundamental seguir investigando y co-construyendo, ya que al abordar las violencias en los medios de comunicación no solo se enfrenta este problema, sino que también avanzamos en la defensa de la libertad de expresión y el fortalecimiento de las democracias.

 

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El Periodista