Santiago Centro: ¿Imitó a París en su planificación para prevenir inundaciones?
A pesar de las intensas lluvias, el centro histórico de la capital resiste la caída de agua.
Santiago Centro, con su dinámica urbana y rica historia, ha logrado mantenerse a salvo de inundaciones graves gracias a una planificación y gestión hídrica meticulosa.
La pregunta que surge es si esta planificación se inspiró en modelos exitosos de otras ciudades, como París, famosa por su avanzada red de alcantarillado y sistemas de drenaje que la han protegido eficazmente de las inundaciones.
La comparación entre Santiago y París no es casualidad. Ambas ciudades comparten características geográficas y desafíos similares en términos de gestión del agua, aunque cada una ha desarrollado soluciones adaptadas a su contexto particular.
El modelo de París: Inspiración para Santiago
París, en su proceso de modernización durante el siglo XIX bajo la dirección del barón Haussmann, implementó una extensa red de alcantarillado que revolucionó la gestión del agua en la ciudad. Este sistema no solo mejoró la salud pública, sino que también proporcionó una infraestructura eficiente para el manejo de aguas pluviales y residuales. La red de alcantarillado parisina es conocida por su capacidad para desviar grandes volúmenes de agua, evitando inundaciones en áreas críticas de la ciudad.
En una línea similar, Santiago ha desarrollado una infraestructura robusta para manejar el agua, pero adaptada a sus condiciones locales y desafíos específicos.
“Santiago se ha beneficiado de observar modelos exitosos en el extranjero, como el de París, pero ha adaptado estas lecciones a sus necesidades y realidades locales. La clave ha sido la capacidad de tomar lo mejor de estos ejemplos y aplicarlo de manera eficaz en el contexto chileno”, señalan los expertos.
La adaptación chilena: Infraestructura y tecnología
Santiago no ha replicado el modelo parisino de forma exacta, sino que ha adoptado principios y estrategias adaptadas a sus propios desafíos geográficos y climáticos.
La ciudad ha desarrollado una red de colectores subterráneos que, al igual que en París, desvían el agua de lluvia hacia el río Mapocho y otros cursos de agua, evitando acumulaciones que podrían resultar en inundaciones. Esta infraestructura, construida y ampliada durante varias décadas, se ha convertido en una pieza clave para mantener la ciudad seca.
Por eso y a pesar de las intensas lluvias, el centro histórico de la capital no sufre las consecuencias cuando decenas de milímetros de agua azotan otras comunas de la RM.