“Parece que Noam Chomsky no ha fallecido. Borro mi anterior tuit y pido disculpas. En todo caso, me alegro mucho de haberme equivocado. Recupérate, maestro”, escribió el dirigente español, Iñigo Errejon, uno de los primeros en difundir la noticia falsa y que fue replicada por todos los medios en el mundo, incluido el nuestro.
Hasta su entorno más cercano, gente que trabajó con el intelectual, se hizo eco de la noticia.
Pero luego la noticia fue desmentida, aunque se mantiene la incertidumbre sobre estado de salud.
«¡Noam Chomsky está vivo! A las 3:41 p.m. EDT de hoy 18 de junio 2024, su esposa, Valeria, me ha confirmado que Noam Chomsky está mejorando su salud. Los rumores sobre su fallecimiento son falsos. #NoamChomsky», dijo José M. Santana, uno de sus colaboradores más cercanos.
Chomsky sufrió un accidente cerebrovascular hace un año y estaba convaleciente en una institución asistencial en São Paulo.
Fuentes familiares y médicas informaron que tal derrame lo sufrió en junio de 2023 que le ocasionó dificultades para hablar y entumeció el lado derecho del cuerpo.
Chomsky es profesor emérito de lingüística en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y de la Universidad de Arizona, ambos en Estados Unidos.
Además de ser académico por más de 40 años, es activista y se hizo conocido por sus críticas a la política exterior de la Casa Blanca.
Nacido en Filadelfia, Pennsylvania, en 1928, el profesor estudió en el Oak Lane Country Day School y en el Central High School.
Fue en la Universidad de Harvard, donde trabajó como investigador asistente entre 1951 y 1955, y elaboró la mayor parte de sus estudios sobre lingüística.
Su trabajo más divulgado es el que trata de la gramática generativa, teoría que apunta que la capacidad de estructurar frases es innata al ser humano y obedece estructuras.
El sistema de análisis se relaciona con filosofía, lógica y psicolingüística.
A partir de 1964, Chomsky protestó activamente contra el Gobierno de Estados Unidos por la Guerra de Vietnam y cinco años después, en 1969, publicó el libro «El poder americano y los nuevos mandarines», obra de ensayos sobre el conflicto.
También recibió el Premio Kyoto, equivalente japonés del Premio Nobel, que reconoce investigaciones en los campos de filosofía, arte, ciencia y tecnología, en 1988.
Asimismo, se le otorgó la Medalla Helmholtz, dedicada a educadores de las áreas de ciencias naturales y técnicas, medicina y teoría del conocimiento.
Ostentaba la Medalla Benjamin Franklin, premio de ciencia e ingeniería, en 1999, y el Premio Sydney de la Paz en 2011.
«Noam es el intelectual más influyente de todos los tiempos. Punto final», afirmó recientemente el profesor Andrew Kennis de la Rutgers School of Communications, cuyo libro Digital Age Resistance contiene un prólogo co-escrito por Chomsky, al Common Dreams, sitio web de noticias sin fines de lucro.
Refirió que «él fue la mayor influencia en mi vida de todas las formas, personal o profesional».
En cuanto a movimientos, señaló, que «ningún otro pensador ha ayudado a moldear y moldear positivamente el análisis antiimperialista y la crítica al bullying (burla) de Estados Unidos en el mundo en nombre de Wall Street y de Silicon Valley mejor y más con eficacia que él».
Por su parte, el periodista y analista político estadounidense Anand Giridharadas calificó a Chomsky, a quien entrevistó en 2020, de «león de la izquierda».
«Además de la transformación total de su campo académico (es ampliamente reconocido como el padre de la lingüística moderna y la principal fuerza detrás del cambio cognitivo en las ciencias), su impacto político ha sido incalculable», destacó.
