Hamás convoca un «día de la ira» como respuesta a ‘Marcha de la bandera’ en Jerusalén
Las autoridades israelíes han autorizado que esta marcha, organizada por organizaciones derechistas y religiosas para conmemorar la "unificación" de Jerusalén y la toma de Jerusalén Este durante la Guerra de los Seis Días de 1967, recorra la considerada ruta tradicional.
El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha criticado este miércoles la autorización por parte del Gobierno de Israel a la ‘Marcha de la Bandera’ en Jerusalén y ha hecho un llamado a los palestinos a un «día de la ira» en el marco de una «movilización general» frente a la «ocupación».
«El permiso dado por el gobierno fascista de ocupación a los colonos para organizar la llamada ‘Marcha de la Bandera’ en las calles de la Jerusalén ocupada es una confirmación de su arrogancia y su búsqueda de judaizar los lugares santos (musulmanes y cristianos de la ciudad), lo que supone una agresión contra los sentimientos de cientos de millones de musulmanes en todo el mundo»
«Advertimos a la ocupación contra la continuación de estas políticas criminales contra nuestros lugares santos, siendo el corazón de ellos la sagrada mezquita de Al Aqsa», ha manifestado, antes de recalcar que «la resistencia» hallará «las vías para dañar al enemigo», tal y como ha recogido el diario palestino ‘Filastin’, vinculado al grupo.
Así, ha reclamado a la población palestina, «especialmente en Cisjordania, Jerusalén y el interior ocupado», que participe en «una movilización general», al tiempo que ha solicitado «a las masas de la nación árabe e islámica» y «a los pueblos libres del mundo» que «incrementen los movimientos que presionan a la ocupación y a aquellos que la apoyan».
En esta línea, el jefe de la oficina del grupo para Jerusalén, Harun Nasraldín, ha dicho que la marcha «es un flagrante asalto» y ha pedido a «las naciones árabes e islámicas» incrementar «su participación en la ‘Inundación de Al Aqsa'», nombre oficial que da Hamás a los ataques ejecutados el 7 de octubre contra territorio israelí.
«Recordamos a la brutal ocupación que la resistencia palestina (…) es una victoria para Jerusalén y la mezquita de Al Aqsa», ha subrayado, antes de insistir en que «la batalla continúa y la espada sigue desenvainada». «Su mayor muestra fue el 7 de octubre», ha dicho Naseraldín, quien ha recalcado que esta lucha «continuará hasta la victoria, la libertad y la independencia».
Las fuerzas de seguridad de Israel han incrementado su despliegue en Jerusalén de cara a posibles incidentes durante la marcha, que tendrá lugar esta tarde, en medio de las tensiones por la ofensiva militar contra la Franja de Gaza tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por Hamás y el aumento de la violencia y las operaciones militares en Cisjordania y Jerusalén Este.
TENSIONES EN LA EXPLANADA DE LAS MEZQUITAS
Las autoridades israelíes han autorizado que esta marcha, organizada por organizaciones derechistas y religiosas para conmemorar la «unificación» de Jerusalén y la toma de Jerusalén Este durante la Guerra de los Seis Días de 1967, recorra la considerada ruta tradicional, que irá desde la puerta de Damasco y a través de la Ciudad Vieja hasta el Muro de los Lamentos, que compone uno de los laterales de la Explanada de las Mezquitas, conocida por los judíos como Monte del Templo.
La Policía de Israel ha recalcado que la marcha no atravesará la Explanada de las Mezquitas, según ha recogido el diario ‘The Times of Israel’, mientras que el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha pedido a la población que acuda al lugar durante las horas de visitas autorizadas a los no musulmanes.
En este sentido, Ben Gvir –quien ha acudido en el pasado a estas marchas y quien recientemente realizó una polémica visita a la Explanada de las Mezquitas– sostuvo el martes que «es necesario golpearlos en el lugar más importante para ellos». «Tenemos que venir y decir que el Monte del Templo es nuestro y que Jerusalén es nuestro», afirmó.
A primera hora de este jueves, cientos de judíos han entrado en la Explanada de las Mezquitas en medio de un dispositivo policial, según ha informado la agencia palestina de noticias WAFA, que ha cifrado en cerca de 800 el total de personas que ha ingresado en la zona, muy sensible y foco habitual de tensiones entre israelíes y palestinos.
El ‘statu quo’ en la Explanada de las Mezquitas impide a los judíos rezar en el lugar y autoriza únicamente que visiten el lugar en horarios predeterminados y que lo recorran a través de una ruta fijada, acompañados por policías que deben vigilar que los fieles no recen o que introduzcan banderas israelíes u objetos religiosos.
Israel se hizo con el control de la Explanada de las Mezquitas y el resto de la Ciudad Vieja de Jerusalén en 1967 –un paso no reconocido por la inmensa mayoría de la comunidad internacional–, si bien las autoridades de Jordania siguen manteniendo la autoridad religiosa en el lugar y, según el acuerdo de paz firmado en 1994 con este país, reconoció el «papel especial» de Jordania sobre «los lugares santos musulmanes en Jerusalén».
El estatus de Jerusalén sigue siendo uno de los principales puntos de disputa de cara a un posible acuerdo de paz y es considerado un asunto de estatus final. A pesar de que Israel considera a la ciudad como su capital, la comunidad internacional –con contadas excepciones, incluido Estados Unidos– no lo hace y la solución de dos Estados contempla un Estado palestino en las fronteras de 1967 con Jerusalén como capital compartida entre ambos países.