México recalca que diálogo con Ecuador quedó «cancelado»
"Recurrimos a la figura de encargar a un tercer país la protección y ejercicio de nuestros intereses para atender asuntos urgentes, incluida la protección de nacionales", ha manifestado la ministra de Asuntos Exteriores de México, Alicia Bárcena.
La ministra de Asuntos Exteriores de México, Alicia Bárcena, ha aseverado este miércoles que su Gobierno no tiene intención de establecer diálogo alguno con las autoridades de Ecuador, y ha recordado que las relaciones entre ambas naciones llegaron a su fin con el polémico asalto de la Policía a la Embajada mexicana en Quito para detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas.
Según ha destacado Bárcena, la situación ha llegado a tal punto que México ha recurrido incluso a Suiza para encargarle algunos «asuntos urgentes» mexicanos en Ecuador, como la protección de los ciudadanos nacionales en aquel país. Sin embargo, la ministra ha recalcado que esto no supone que un tercer país vaya a mediar entre Quito y Ciudad de México.
«México no busca diálogo con Ecuador. Ese quedó cancelado tras el asalto a nuestra Embajada (…) Recurrimos a la figura de encargar a un tercer país la protección y ejercicio de nuestros intereses para atender asuntos urgentes, incluida la protección de nacionales», ha manifestado Bárcena en su perfil oficial de la red social X.
La Policía de Ecuador ingresó por la fuerza en la Embajada mexicana en Quito a comienzos de abril para cumplir con la orden de detención contra el exvicepresidente Glas, acusado de corrupción. México rápidamente denunció lo ocurrido y elevó el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la violación de la sede diplomática y la integridad física y moral de los allí presentes.
México solicitó la adopción de medidas provisionales que instaran a Ecuador a garantizar la seguridad inmediata de su Embajada y personal diplomático y se abstuviera además de «agravar o ampliar» la disputa. Por su parte, la Corte rechazó la semana la adopción de medidas provisionales al entender que no es necesario adoptar ninguna orden de urgencia antes de pronunciarse sobre el fondo del caso.