Un informe de la Policía de Investigaciones (PDI), al que tuvo acceso El Mercurio, señala que serían tres los autores directos del asesinato, pero otros delincuentes participaron en la preparación del ilícito y otros en el ocultamiento de la víctima, siendo uno de ellos un «peligroso» criminal.
Concretamente, las pericias permitieron levantar de la pantalla de un teléfono parte de la huella digital de uno de los involucrados y, según la información de la causa, «corresponde a un sujeto de alta peligrosidad para esta brigada especializada (de la PDI), debido a su vinculación con otras indagatorias por los delitos de secuestro y robo con intimidación, investigados por esta unidad policial y por las que actualmente mantiene tres órdenes de detención»
Asimismo, el informe identifica como sospechosos a terceros que pudieron entregar información sobre el domicilio de Ronald Ojeda, ya que días antes del secuestro, el 12 de febrero, hicieron recorridos por el edificio donde vivía el exteniente, a modo de inspección y sin motivo.
«Conforme al análisis de las cámaras de seguridad del sitio del suceso correspondiente al domicilio de la víctima, fue posible establecer la utilización de información privilegiada para hacer ingreso de manera expedita a la vivienda del afectado, toda vez que los ascensores no se encontraban a la vista desde el sector del hall, no existiendo dudas ni búqueda al momento de dirigirse al departamento de la víctima», se señala en el documento
Es importante destacar que por este crimen ya existe una un adolescente formalizado, actualmente en internación provisoria, quien cumplió un rol de vigilancia y cobertura durante el secuestro concretado el pasado 21 de febrero, desde el piso 14 del edificio ubicado en la comuna de Independencia.
Según lo expuesto ayer en la audiencia de formalización, la víctima murió por «asfixia mecánica posicional» y ahora falta determinar si previamente fue golpeada y si pudo asfixiarse tras ser presionado contra el piso, dadas las lesiones que presenta el cuerpo.
El abogado de la familia de Ronald Ojeda, Juan Carlos Manríquez, asegura que «no hay dudas, salgo de esta audiencia convencido de que este fue un crimen por encargo. Quién y por qué lo encargó es una respuesta que las víctimas, Chile y el mundo claman y necesitan pronto».
