Más de 63.200 migrantes mueren en los últimos 10 años
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM). ha advertido además de que el número de muertes en 2023 ha aumentado un 20 por ciento con respecto a los doce meses previos, siendo 2023 el año más mortífero desde 2014.
Más de 63.200 migrantes han muerto en los últimos 10 años como consecuencia de las peligrosas rutas migratorias, un tercio de ellos procedentes de países en conflicto, ha alertado la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En su último informe, la OIM señala que al menos 3.471 afganos han muerto en rutas migratorias después de huir de Afganistán por la toma del poder de los talibán en 2021, mientras que 2.202 migrantes birmanos perdieron la vida como consecuencia de la persecución contra la comunidad rohingya.
La organización ha advertido además de que el número de muertes en 2023 ha aumentado un 20 por ciento con respecto a los doce meses previos, siendo 2023 el año más mortífero desde 2014, con 8.541 decesos frente a los 7.141 registrados en 2022. La mayoría de migrantes en 2023 procedían de Afganistán, Etiopía, Birmania, Siria o Senegal.
Algo menos de la mitad, alrededor de 3.100 migrantes, murieron en aguas del Mediterráneo. Del total registrado en 10 años, más de 36.000 personas murieron ahogadas en travesías marítimas. Del informe se desprende también que el número de muertes en el Mediterráneo se ha mantenido, siendo 2015 y 2016 los peores años, con 4.055 y 5.136 muertes, respectivamente, pero con una leve bajada entre 2018 y 2020.
Los ahogamientos siguen siendo la principal causa de muerte de los migrantes, con 4.470 decesos en 2023, incluyendo 2.882 personas desaparecidas que presuntamente murieron en el contexto de las rutas migratorias marítimas. Si bien la gran mayoría de decesos se produjo en el Mediterráneo, muchos migrantes también murieron en el cruce fronterizo entre Estados Unidos y México, así como en el cruce del golfo de Adén.
La OIM achaca el aumento de las muertes en el mar Mediterráneo en el último año –3.105 frente a 2.411 en 2022– al incremento de las salidas desde la costa tunecina, donde se registraron 729 decesos, cifra superior comparada con las 462 muertes registradas en 2022. En años anteriores la tendencia de salidas era, fundamentalmente, Libia.
Con respecto a África, la organización refleja en su informe que 2023 fue uno de los peores años para el continente, con 1.866 muertes registradas frente a los 1.031 decesos de 2022, cifra solo superada en 2019, cuando murieron 1.911 personas.
Los migrantes en el continente africano perdieron la vida en la ruta atlántica hacia Islas Canarias y en el Sáhara. No obstante, la OIM advierte de que las cifras podrían ser mucho mayores debido a la dificultad de rastrear las muertes en el desierto y a que puede haber «naufragios invisibles» en aguas del Atlántico.
Además, la organización apunta a que ha habido un cambio de tendencia en 2023, ya que ha aumentado el número de personas que salen desde países como Senegal y Mauritania, mientras que en años anteriores la mayoría de migrantes procedían de la costa marroquí. (Europa Press)