Azerbaiyán recuerda hoy a las víctimas de la masacre de Joyalí
Hace pocos días, en medios de las elecciones que ganó Ilham Aliyev con el 92 por ciento de los votos, fue revelado el hallazgo de osamentas que corresponden a algunos de los hombres, mujeres y niños que fueron masacrados en 1992.
Treinta y dos años han pasado desde una de las tragedias más sangrientas en la historia de Azerbaiyán – el genocidio de Joyalí.
Con motivo del aniversario de la masacre, un gran número de personas acuden al monumento a las víctimas del genocidio de Joyalí erigido en el distrito de Khatai de Bakú, para depositar flores ante el monumento en memoria de las víctimas.
En esa ocasión, fueron asesinadas 613 personas (entre ellos 63 niños, 106 mujeres y 70 ancianas).
Los hechos se desencadenaron durante la noche, cuando el 366 regimiento de infantería blindada de la ex URSS, entonces presidida por Mijail Gorbachov, conjuntamente con las fuerzas armadas de Armenia, atacaron el poblado de 7 mil habitantes, dejando un saldo trágico de muertos, heridos, detenidos y desaparecidos.
«Un periodista extranjero en Agdam vio, entre la gente asesinada a mujeres y a tres niños cuyo cuero cabelludo había sido desgarrado y cuyas uñas habían sido arrancadas Esto no es ‘propaganda azerbaiyana’ sino la realidad», señaló entonces el diario francés Le Monde.
La masacre, que según los azerbaiyanos es un genocidio y su objetivo fue de limpieza étnica, se enmarcó dentro de las reclamaciones territoriales armenias, que se iniciaron violentamente en 1988 con el objetivo de anexar Nagorno Karabaj, conflicto que se mantiene hasta hoy
Kodyalí, de mayoría azerbaiyana, se convirtió en el blanco de esas agresiones.
«El genocidio de Jodyalí fue una página sangrienta de la continua política de limpieza étnica perseguida por los nacionalistas armenios contra nuestro pueblo desde hace más de 100 años», sostuvo hace unos años el encargado de negocios de Bakú en Santiago, Yasin Jafarov.
Si bien la masacre aún no tiene estatus de genocidio y Armenia se defiende argumentando que se trató de operaciones militares de guerra, según Human Rights Watch la tragedia ocurrió cuando, al abandonar la ciudad, la población civil fue atacada cruelmente por un puesto militar de Armenia.
Oficiales del gobierno armenio, por su parte, aseguran que el número de víctimas tan elevado se debió al hecho de que los civiles de Joyalí se mezclaron con las tropas azeríes en retirada, y cuando las fuerzas armenias hicieron fuego, mataron a soldados y civiles por igual.
«Sus responsabilidades están documentadas por numerosas fuentes independientes y testigos de esta tragedia» señalan los azerbaiyanos quienes, en la condena de este hecho, cuentan con el apoyo de México, Pakistán, Perú, la República Checa, Rumania y, entre otros, 16 estados de los EEUU.
En los homenajes de hoy, al cumplirse este nuevo aniversario, participan representantes de colectivos de diversos departamentos y organizaciones, residentes de Joyalí, veteranos de la guerra de Karabaj, familiares de los mártires con fotos de sus seres queridos, militares, agentes de las fuerzas del orden, jóvenes y escolares. Representantes del cuerpo diplomático y de confesiones religiosas acreditadas en Azerbaiyán, ciudadanos de países extranjeros también pasan ante el monumento con el dolor en el corazón.
«En esta ceremonia, junto a la tristeza hay también un sentimiento de orgullo: nuestro valeroso ejército liberó Karabaj del enemigo, la integridad territorial y la soberanía de Azerbaiyán han sido plenamente restauradas, la sangre de nuestros mártires y de las víctimas de la masacre de Joyalí no ha quedado impune» señala la agencia oficial Azertac.
Los visitantes del monumento, según el reporte oficial, dijeron que nunca olvidarán esta sangrienta tragedia y que «maldicen a los fascistas armenios y exigen que se lleve ante la justicia a los autores del terrible genocidio».
Hoy en las mezquitas de Shusha y Aghdam, en las ciudades de Joyalí, Khankandi y otros territorios liberados en la última guerra del Alto Karabaj, se honra la memoria de las víctimas del genocidio.
«Después de haber liberado nuestras tierras bajo ocupación durante 30 años en la Guerra Patria de 44 días, el invencible Ejército de Azerbaiyán escribió una epopeya de heroísmo sin precedentes, y la ciudad de Joyalí fue limpiada de separatistas y terroristas el 19 y 20 de septiembre de 2023 como resultado de las medidas antiterroristas locales. El presidente, victorioso comandante en jefe izó la bandera estatal de la República de Azerbaiyán en Khankandi, Joyalí y otros territorios el 15 de octubre del año pasado y escribió nuevas páginas brillantes en los anales de la Victoria» señala el comunicado oficial de Azertac.
En la tragedia, que parte de ella quedó revelada hace dos semanas con el nuevo hallazgo de osamentas de víctimas, además de los más de 600 asesinados, mil 275 personas fueron capturadas y torturadas. Aún se desconoce el destino de 150 de ellas. Al mismo tiempo, 5379 residentes de Joyalí fueron expulsados por la fuerza de la ciudad, 8 familias fueron completamente destruidas, 25 niños perdieron a ambos padres, 130 – a uno de sus padres.
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