Azerbaiyán dice haber encontrado nueva fosa con 8 cadáveres de cruel matanza de Joyalí
La información fue entregada hoy a periodistas que llegaron al país del Cáucaso a cubrir las elecciones presidenciales y divulgada por la agencia oficial de noticias Azertac.
Las autoridades de Azerbaiyán dieron a conocer hoy, un día después de la abultada victoria de Ilham Aliyev en las elecciones presidenciales, el descubrimiento de una fosa común, al parecer con 8 cadáveres que pertenecerían a personas asesinadas por los armenios en 1992 durante la primera guerra de Karabaj.
Los cuerpos, todos en la misma fosa, fueron enterrado cerca del castillo de Asgaran y se supone, según la agencia Azertac, que pertenecen a residentes asesinados durante la tragedia de Joyalí, una matanza donde armenios y rusos comparten responsabilidades.
Las osamentas, que fueron presentadas hoy a la prensa extranjera acreditada para cubrir las elecciones, están siendo periciadas para determinar fehacientemente que se trata de algunos de los centenares de víctimas que dejó esa matanza hace más de 30 años.
En esa ocasión, fueron asesinadas 613 personas (entre ellos 63 niños, 106 mujeres y 70 ancianas).
Los hechos se desencadenaron durante la noche, cuando el 366 regimiento de infantería blindada de la ex URSS, entonces presidida por Mijail Gorbachov, conjuntamente con las fuerzas armadas de Armenia, atacaron el poblado de 7 mil habitantes, dejando un saldo trágico de muertos, heridos, detenidos y desaparecidos.
«Un periodista extranjero en Agdam vio, entre la gente asesinada a mujeres y a tres niños cuyo cuero cabelludo había sido desgarrado y cuyas uñas habían sido arrancadas Esto no es ‘propaganda azerbaiyana’ sino la realidad», señaló entonces el diario francés Le Monde.
La masacre, que según los azerbaiyanos es un genocidio y su objetivo fue de limpieza étnica, se enmarcó dentro de las reclamaciones territoriales armenias, que se iniciaron violentamente en 1988 con el objetivo de anexar Nagorno Karabaj, conflicto que se mantiene hasta hoy
Kodyalí, de mayoría azerbaiyana, se convirtió en el blanco de esas agresiones.
«El genocidio de Jodyalí fue una página sangrienta de la continua política de limpieza étnica perseguida por los nacionalistas armenios contra nuestro pueblo desde hace más de 100 años», sostuvo hace unos años el encargado de negocios de Bakú en Santiago, Yasin Jafarov.
Si bien la masacre aún no tiene estatus de genocidio y Armenia se defiende argumentando que se trató de operaciones militares de guerra, según Human Rights Watch la tragedia ocurrió cuando, al abandonar la ciudad, la población civil fue atacada cruelmente por un puesto militar de Armenia.
Oficiales del gobierno armenio, por su parte, aseguran que el número de víctimas tan elevado se debió al hecho de que los civiles de Joyalí se mezclaron con las tropas azeríes en retirada, y cuando las fuerzas armenias hicieron fuego, mataron a soldados y civiles por igual.
«Sus responsabilidades están documentadas por numerosas fuentes independientes y testigos de esta tragedia» señalan los azerbaiyanos quienes, en la condena de este hecho, cuentan con el apoyo de México, Pakistán, Perú, la República Checa, Rumania y, entre otros, 16 estados de los EEUU.
(Fotos agencia Azertac)