Dientes de león: Conoce la obra póstuma de Yasunari Kawabata

La novela, que quedó inconclusa a causa del suicidio del Premio Nobel japonés, explora con profunda sensibilidad la tragedia y la fragilidad de la existencia humana.

Por primera vez publicada en español, y traducida del japonés original por Tana Oshima, Dientes de león transcurre en un día. La novela póstuma del célebre escritor japonés Yasunari Kawabata sigue la historia de Ineko, una joven enamorada a la que internan en un manicomio tras diagnosticarle una extraña condición: “ceguera de cuerpo”.

La novela es una larga conversación entre la madre y el novio de la chica, un diálogo que nos propone una sensible reflexión sobre el peso de nuestras decisiones y nos lleva a pensar en la imprecisa frontera que separa la cordura de la locura.

Esta obra, publicada originalmente en 1971, mantiene viva la inquisitiva curiosidad ante el misterio de la existencia humana que caracterizó la obra de Kawabata y lo transformó en un autor imprescindible.

Sobre el autor

Yasunari Kawabata nació en Osaka en 1899. Huérfano a los tres años, insomne perpetuo, cineasta en su juventud, lector voraz tanto de los clásicos como de los vanguardistas europeos, fue un solitario empedernido.

Escribió más de doce mil páginas de novelas, cuentos y artículos, y se convirtió en uno de los escritores japoneses más populares dentro y fuera de su país.

Su profunda amistad con el escritor Yukio Mishima, del que fue mentor y difusor, quedó registrada en Correspondencia (1945-1970) (Emecé, 2003). Recibió el premio Nobel de Literatura en 1968.

Entre sus obras, muchas de ellas marcadas por la soledad y el erotismo, se destacan Lo bello y lo triste (2001), País de nieve (2003), Mil grullas (2003), El Maestro de Go (2004), Historias en la palma de la mano (2005), La bailarina de Izu (2006), El sonido de la montaña (2006), La pandilla de Asakusa (2007), Kioto (2008), En el lago (2009) y La casa de las bellas durmientes (2011), todas publicadas por Emecé. Kawabata se suicidó a los setenta y dos años.

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El Periodista