El año 2023 mostró la complejidad de nuestra sociedad en ámbitos tan variados como la política, el deporte y la probidad. Como en toda situación, se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. Sin embargo, el estado de ánimo pesimista que campea en Chile siempre destaca el lado negativo. Aunque cueste ir en contra de la corriente, revisemos algunos acontecimientos y los que nos dejó el año 2023.
Aunque parezca superficial, para mí, uno de los tres hitos de 2023 fueron los Juegos Panamericanos y Para Panamericanos Santiago 2023. Un evento masivo con un resultado impecable en cuanto a organización, desarrollo, resultados deportivos, espíritu de superación y, sobre todo, del estado de ánimo positivo de la gente, las redes sociales y los medios de comunicación.
Los juegos nos mostraron que sí es posible la unidad de propósito y, cuando se logra, los resultados son espectaculares con la alegría y reconocimiento a nivel nacional e internacional.
En segundo lugar, se encuentra la delincuencia, tanto la común como la llamada eufemísticamente de cuello y corbata, que nos tiene sorprendidos y atemorizados.
El fraude, las estafas, la corrupción de grupos de élite que, sin ningún pudor, actúan creyendo que nada les puede suceder, han quedado al descubierto y espero que esta vez las instituciones funcionen, como lo están haciendo hasta ahora. Que no se queden en el primer impulso y después se tape con un manto de impunidad o se condene a clases de ética como fue bajo el mando del Fiscal Abott.
La sociedad ha reaccionado ante la corrupción y eso es positivo. Aún no se ha normalizado como en otros países de la región. Esto también corre para la delincuencia común y el 2023 trajo consigo un avance significativo en nuevas leyes para combatir los delitos.
En delincuencia común, más que los ajustes de cuentas, llama la atención la alta participación de jóvenes, menores de edad en robos, asaltos y portonazos que buscan no sólo un beneficio pecuniario sino reconocimiento social. Vanagloriarse de sus actuaciones en redes sociales es signo de, entre otras cosas, la carencia afectiva en que viven, la falta de oportunidades, así como la exclusión en el sistema escolar.
Una vez más estamos frente a señales de que la educación no sólo debe ser instrucción en materias. Afectividad, manejo emocional, empatía, diversidad, valores ciudadanos y ética deben ser incorporados en el currículum nacional aprovechando el proceso de actualización que se está llevando a cabo.
El proceso constitucional de 2023, que desechó la propuesta del Consejo fue una expresión de sensatez de la ciudadanía. La mayoría de quienes votaron no quieren extremos, quieren avanzar en acuerdos, pero, sobre todo, quieren avanzar. Este mensaje a la clase política es fuerte y claro. Espero que durante el descanso de verano logren reflexionar y cambiar la actitud. Son los representantes de la ciudadanía y no tienen mandato para hacer lo que les plazca.
Lo importante al analizar los acontecimientos no es quedarse en la crítica, sino tener la capacidad de reflexionar, sacar conclusiones de lo que nos dejó el año 2023, para tener un punto de referencia para las decisiones del futuro.