Australia absuelve a mujer que pasó 20 años en prisión acusada de matar a sus cuatro hijos
La revisión de este caso ha tenido lugar después de que una investigación científica apuntara a una posible mutación genética que provoca arritmias letales.
El Tribunal de Apelación de Nueva Gales del Sur ha absuelto este jueves a Kathleen Folbigg, condenada a prisión en 2003 por la muerte de sus cuatro hijos, después de que este año la justicia ordenara su indulto y puesta en libertad por «dudas razonables» sobre su culpabilidad.
La corte, presidida por el presidente del Tribunal Supremo, Andrew Bell, ha dictado la sentencia este jueves en el tribunal ceremonial en Sídney, con la presencia de Folbigg, su abogada, Rhanee Rego, y varias decenas de seguidores, que han aplaudido la decisión. Ahora el gobierno de Nueva Gales del Sur tiene la posibilidad de realizar un pago ‘ex gratia’ como indemnización.
Tras la anulación de la condena, Folbigg, que pasó 20 años en la cárcel, ha asegurado que nunca debería haber sido encarcelada y que «el sistema prefirió» culparla «en lugar de aceptar que a veces los niños pueden morir y, de hecho, mueren repentina e inesperadamente», ha manifestado en declaraciones recogidas por la cadena de televisión australiana ABC.
«Esperaba y rezaba para que algún día pudiera estar aquí con mi nombre limpio. (…) Espero que nadie más tenga que sufrir lo que yo sufrí. Estoy agradecida de que la ciencia y la genética me hayan dado respuestas sobre cómo murieron mis hijos. Sin embargo, incluso en 1999 teníamos respuestas legales para demostrar mi inocencia que fueron ignorados».
Folbigg, de 56 años, fue condenada por presuntamente matar a tres de sus hijos, y por homicidio involuntario de su primogénito, entre los años 1989 y 1999. Los bebés tenían entre 19 días y 19 meses. La acusada siempre ha mantenido su inocencia, asegurando que todos sus hijos murieron por causas naturales. La revisión de este caso ha tenido lugar después de que una investigación científica apuntara a una posible mutación genética que provoca arritmias letales. (Europa Press)