África enfrenta una crisis alimentaria «sin precedentes»
Más de 1.000 millones de personas, el 78 por ciento de la población, no se pueden permitir seguir una dieta sana y el 30 por ciento de los niños menores de cinco años sufren graves problemas derivados de la desnutrición.
La ONU y la Unión Africana han advertido en un informe conjunto de que África atraviesa una crisis alimentaria «sin precedentes» que requiere de una acción internacional «urgente», ya que a día de hoy el 20 por ciento de la población, casi 282 millones de personas, sufren desnutrición, lo que representa un incremento de 57 millones respecto a los datos previos a la pandemia de COVID-19.
Más de 1.000 millones de personas, el 78 por ciento de la población, no se pueden permitir seguir una dieta sana y el 30 por ciento de los niños menores de cinco años sufren graves problemas derivados de la desnutrición, según datos recogidos en un estudio en el que colaboran, entre otras agencias, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los expertos asumen que, con estas cifras, se aleja el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), por lo que desde las organizaciones firmantes creen que es «imperativo» que todos los países «aceleren sus esfuerzos» para «lograr un mundo sin hambre y desnutrición en 2030».
Entre las recomendaciones de las diversas agencias figura una apuesta por la transformación de los sistemas agroalimentarios, para que sean más eficientes, sostenibles, inclusivos y resistentes a potenciales amenazas, como pueda ser el cambio climático.
En su informe, las organizaciones han advertido además de un aumento de las desigualdades sociales y de género como consecuencia de una concatenación de crisis que incluyen desde el impacto a la meteorología a la pandemia de COVID-19, pasando por los problemas de índole estrictamente económica.
El coste de llevar una dieta saludable se disparó en 2021 en África hasta los 3,57 dólares en materia de paridad de poder adquisitivo, mientras que el umbral de la extrema pobreza se sitúa en los 2,15 dólares, lo que complica la compra también a personas que teóricamente no entrarían dentro de la categoría de pobres desde el punto de vista estadístico. (Europa Press)