Sínodo aboga por profundizar sobre la obligación del celibato y aplaza decisiones sobre el diaconado femenino

El documento ha sido aprobado este sábado por la noche tras cuatro semanas de trabajo de la Asamblea convocada por el Papá Francisco.

 

La XVI Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad, convocada por el Papa Francisco, ha abogado por hacer una reflexión más profunda sobre la «obligación disciplinar» del celibato, ha apostado por el acompañamiento en temas como identidad de género y orientación sexual, y ha aplazado decisiones sobre las que hay mayor desacuerdo como el diaconado femenino.

El documento ha sido aprobado este sábado por la noche tras cuatro semanas de trabajo de la Asamblea, que ha contado con 464 participantes, de los que 365 tenían derecho a voto, entre ellos por primera vez, los laicos y 54 mujeres.

Sobre el celibato, el texto señala que «todos aprecian su valor profético y el testimonio de conformación a Cristo» y apunta que «algunos se preguntan si su adecuación teológica con el ministerio presbiteral debe traducirse necesariamente en la Iglesia latina en una obligación disciplinar, sobre todo allí donde los contextos eclesiales y culturales lo hacen más difícil».

Respecto a las opiniones sobre el acceso de las mujeres al diaconado, son diversas, según informa Vatican News, ya que para algunos es un paso «inaceptable», «en discontinuidad con la Tradición»; para otros restauraría una práctica de la Iglesia primitiva, y otros lo ven como «una respuesta adecuada y necesaria a los signos de los tiempos» para «renovar la vitalidad y la energía en la Iglesia».

También están los que expresan «el temor de que esta petición sea expresión de una peligrosa confusión antropológica, aceptando que la Iglesia se alinee con el espíritu de los tiempos».

Por ello, padres y madres sinodales proponen continuar «la investigación teológica y pastoral sobre el acceso de las mujeres al diaconado», utilizando los resultados de las comisiones especialmente creadas por el Papa y las investigaciones teológicas, históricas y exegéticas ya realizadas», con el objetivo de presentar los resultados en la segunda parte del Sínodo, que se celebrará en 2024.

Además, los padres y madres sinodales advierten de que «los cristianos no pueden faltar al respeto a la dignidad de ninguna persona» y en concreto se refieren a las personas homosexuales o a las que «a causa de su situación conyugal o identidad» se sienten «marginadas de la Iglesia». En este sentido, invitan a acompañar, escuchar y no juzgar a estas personas.

Por otro lado, el documento propone «tomarse el tiempo necesario» para reflexionar sobre «cuestiones controvertidas incluso dentro de la Iglesia» como las «relacionadas con la identidad de género y la orientación sexual, el final de la vida, las situaciones matrimoniales difíciles y los problemas éticos relacionados con la inteligencia artificial», recordando que «muchas indicaciones son ya ofrecidas por el Magisterio y esperan ser traducidas en iniciativas pastorales adecuadas».

Igualmente, se recomienda «profundizar en el tema de la educación afectiva y sexual, acompañar a los jóvenes en su camino de crecimiento y apoyar la maduración afectiva de los llamados al celibato y a la castidad consagrada».

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El Periodista