Sánchez evita la palabra amnistía pero ofrece generosidad en Cataluña
El presidente del Gobierno español, ha ahondado en su rechazo a la celebración de un referéndum de independencia, al señalar que se ha manifestado en contra y además las decisiones que ha tomado, también van en esa dirección. "Es contrario a mi palabra y a mi acción", ha expresado
El presidente del Gobierno español en funciones, ha evitado hacer una alusión directa a la amnistía para que el expresidente catalán Carles Puigdemont apoye su investidura, aunque sí ha defendido la necesidad de «generosidad» y hacer política en Cataluña, al tiempo que ha recalcado su rechazo a un referéndum de autodeterminación como reclaman los independentistas catalanes.
«Hacer política implica generosidad, implica compromiso con tu país y implica lógicamente liderazgo», ha sostenido Sánchez en rueda de prensa tras recibir el encargo del Rey Felipe VI de intentar formar gobierno, evitando en todo momento pronunciar la palabra amnistía.
Respecto a la exigencia de ERC y Junts de que también se incluya un referéndum de autodeterminación en el marco del pacto para respaldar la investidura del líder socialista, Sánchez ha manifestado su rechazo «no solo por compromiso y exigencia constitucional sino por una convicción política».
Así, ha ahondado en su rechazo a la celebración de un referéndum de independencia, al señalar que se ha manifestado en contra y además las decisiones que ha tomado, también van en esa dirección. «Es contrario a mi palabra y a mi acción», ha expresado. Asimismo, ha señalado que de esa posición no se van a mover.
A su juicio, los catalanes quieren «pasar página de esta situación» y generar un reencuentro entre instituciones y ciudadanos de Cataluña y del conjunto de España. Además considera que los ciudadanos quieren vivir en un país «cohesionado» y no «fragmentado».
En todo caso, Sánchez considera que el resultado de las elecciones del 23 de julio refleja que no se puede aspirar a gobernar el país si no se reconoce la «diversidad territorial», una condición que, a su juicio, la derecha política y mediática nunca ha aceptado.
Aunque no ha pronunciado la palabra amnistía, ha calificado la situación en Cataluña como «un conflicto» que se tiene que resolver en el terreno de la política y no «en otros ámbitos», en la misma línea de sus anteriores críticas a la vía judicial del procès.
En este sentido ha señalado que «no hay nadie que se pueda sentir orgulloso» de lo sucedido durante el procés pues fue una crisis que no trajo nada bueno. «Yo no me siento orgulloso y no era presidente sino líder de la oposición», ha señalado, pero que desde entonces ha tratado de provocar un reencuentro entre catalanes.
Además, ha anunciado que desde este mismo miércoles empezará a reunirse con los grupos parlamentarios para lograr la mayoría en su investidura. Mañana mismo, iniciará esta ronda de encuentros con la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz y en los días siguientes se verá con el resto de formaciones, excepto Vox. (Europa Press)