Milei, el «loco» ultraderechista que llega a la Casa Rosada
El apodo persigue al presidente electo de La Libertad Avanza (ultraderecha) desde que era infante.
(Por Ana Delicado Palacios) Fue un niño maltratado, vejado por las palizas que le asestaba su padre. Su infancia y adolescencia, convulsionadas por el acoso escolar del que fue víctima, las transcurrió en solitario, sin amigos y sin pareja. Hoy, en su vida adulta, habla con perros muertos y tiene un gabinete de mascotas clonadas al que pide consejo. Y está convencido de que Dios lo eligió para ser el próximo presidente de Argentina.
Estas son algunas de las revelaciones que desentraña el periodista argentino Juan Luis González en su libro «El Loco, la vida desconocida de Javier Milei».
«El Loco es un apelativo que se lo ha puesto la propia biografía de Milei», asume el autor. «Así lo llamaba su padre, y con eso justificaba las terribles golpizas que le hacía: era un loco que había que enderezar a los golpes. Y ‘loco’ es la palabra que más teme el propio Milei cada vez que cuenta sus secretos místicos».
El apodo persigue al actual candidato de La Libertad Avanza (ultraderecha) desde que era infante.
Así lo descalificaban en el Cardenal Copello, un colegio en el barrio de Villa Devoto de la ciudad de Buenos Aires donde cursó primaria y secundaria. El economista «sufrió bullying de joven, y cuando le hacían una de más, se enojaba y se iba a las trompadas, según decían sus compañeros», cuenta González.
El apelativo lo acorraló también en las inferiores del club argentino de fútbol Chacarita Juniors, en el que Milei se entrenó como portero.
Así llegó a su vida adulta. Comenzó a trabajar en 2008 en Aeropuertos 2000, una concesionaria que opera 35 terminales en el país, incluidas las dos de Buenos Aires, donde llegó a ser economista en jefe. Allí se encontró con que «loco» era también el calificativo elegido por su jefe, el presidente de la Corporación América y dueño de la sexta fortuna más grande del país, Eduardo Eurnekian.
Por decisión de este magnate, que temió por su emporio durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), su subordinado empezó a tener una notoria presencia televisiva en uno de los canales de su propiedad, América, influjo que después se trasladó a otros medios de comunicación.
En 2020, en plena pandemia, Milei anunció que se postularía a la presidencia en 2023, y al año siguiente se presentó con su lista, La Libertad Avanza (ultraderecha), en las elecciones legislativas de medio término como candidato a diputado nacional por la capital argentina. Logró que su lista en la ciudad de Buenos Aires fuese la tercera fuerza más votada, con el 17 por ciento de los sufragios.
PERROS CONSEJEROS
El legislador, de 52 años, vive hoy en un barrio cerrado de la provincia de Buenos Aires (este) con cinco perros que son clones de Conan, un mastín inglés fallecido en 2017 al que consideraba su hijo. Con el can se comunicaba a través de una médium, Celia Melamed, quien después entrenó a la hermana del economista y jefa de su campaña electoral, Karina, para que continuara con este intercambio esotérico.
«Después de clonar a los perros, su primer brujo, Gustavo, le convenció de que cada uno poseía poderes distintos; entonces él tiene ahora un gabinete en las sombras manejado por Conan II, el Conan clonado, que maneja la estrategia general», asevera González.
El fundador de La Libertad Avanza dice ser capaz de mantener diálogos con personas fallecidas que se le aparecen, como la filósofa Ayn Rand, el fundador del libertarianismo, Murray Rothbard, e incluso con Dios, al que Milei llama «el Uno».
«Hoy este anarcocapitalista está convencido de que Dios le habla, pues supuestamente le pronosticó que en 2023 iba a ser presidente», puntualiza el periodista argentino.
MOTOSIERRA COMO SÍMBOLO
El presidente electo, que ha hecho bandera de la dolarización de la economía y la lucha contra la «casta» política, y propone la eliminación del Banco Central, la libre portación de armas, la compraventa de bebés o de órganos y la privatización de la aerolínea, la petrolera y los trenes estatales, se convirtió en uno de los favoritos para la presidencia y terminó dando la sorpresa el 19 de noviembre pasado al superar por amplio margen al oficialista Sergio Massa.
Desde que en 2021 conociera a su hoy vicepresidenta, la diputada y abogada Victoria Villarruel, el economista hizo suya su causa: el juzgamiento de los delitos cometidos por la guerrilla en los años 70 y la negación del plan sistemático de exterminio que ejecutó la última dictadura cívico militar (1976-1983).
El economista, que agitó en campaña una motosierra (símbolo de su plan de recortes del gasto público) como si entre sus manos ondeara una bandera, desalentó la semana pasada los plazos fijos en la moneda local por considerarla «excremento», con la consiguiente corrida cambiaria que llevó a que el dólar superase la barrera nominal de los 1.000 pesos.
Milei, en suma, «toma decisiones de la realidad en base a sus charlas con un perro muerto, en base a sus conversaciones con su gabinete de perros clonados, en base a su diálogo con Dios y en base a sus parloteos con muertos canónicos, que es la otra cara de esa soledad terrible que tuvo a lo largo de su vida», resume González.
Si hay algo positivo que destacar del diputado es que «logra presentarse como una especie de mamushka de significados, en el que cada uno ve el Milei que quiere ver y le va agregando significantes», añade el periodista argentino.
El diputado le retiró la palabra a González, que llegó a entrevistarlo en cuatro o cinco ocasiones, desde que en febrero de 2022 el periodista demostrara a través de la revista Noticias los plagios en los que incurrió el economista en su libro Pandenomics.
(Sputnik)