Presión migratoria desciende en Lampedusa y crece el debate político
El domingo, la isla recibió una simbólica visita de la presidenta de la Comisión Europea, Usrula Von der Leyen, que prometió un plan que pasa, entre otras medidas, por acelerar la resolución de las solicitudes de asilo y entregar fondos a Túnez, país del que ahora parten gran parte de las pateras.
La llegada de embarcaciones con migrantes y refugiados a la isla italiana de Lampedusa ha descendido y el centro de acogida instalado en este pequeño enclave, que llegó a albergar a unas 7.000 personas en algunos momentos de la semana pasada, ha amanecido este lunes con unas 1.100.
En las últimas horas han arribado 33 tunecinos que previamente habían sido rescatados por la Guardia Costera, pero las autoridades han acelerado los traslados de migrantes desde Lampedusa a otras zonas del país, informa la agencia AdnKronos. El objetivo es evitar escenas como las de la semana pasada, cuando las instalaciones se vieron desbordadas tras la llegada de unos 10.000 migrantes en apenas tres días.
El domingo, la isla recibió una simbólica visita de la presidenta de la Comisión Europea, Usrula Von der Leyen, que prometió un plan que pasa, entre otras medidas, por acelerar la resolución de las solicitudes de asilo y entregar fondos a Túnez, país del que ahora parten gran parte de las pateras.
El ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, también ha avanzado que llevará el tema a la Asamblea General de Naciones Unidas, que esta semana acoge su principal sesión anual. En declaraciones a ‘La Repubblica’, ha insistido en que «no es un problema de Lampedusa», ya que sus consecuencias trascienden a las fronteras italianas y sus causas subyacen en la «situación explosiva» de África.
Tajani ha advertido de que un refuerzo de la vigilancia en la zona sólo tiene efecto «disuasorio», por lo que considera que «la única solución es diplomática» y pasa por llegar a acuerdos con los países africanos. «Necesitamos encontrar soluciones, no competir en campaña electoral para ver quién habla más fuerte», ha añadido, consciente de los mensajes que comienzan a llegar ya principalmente de la ultraderecha, con la que comparte Gobierno.
EL PAPEL DE FRANCIA
Francia, que en reiteradas ocasiones ha expresado su preocupación por el flujo migratorio que le llega a su propia frontera, ha reconocido este lunes por boca del ministro del Interior, Gérald Darmanin, que «las cosas se han puesto muy difíciles en Lampedusa».
Darmanin, que precisamente visita Roma este lunes, se ha comprometido en declaraciones a la emisora Europe 1 a ayudar a los «amigos italianos», pero ha dejado claro que «Francia no puede acoger» a quienes lleguen de forma irregular al país vecino y se deben «respetar las reglas de asilo».
«Nuestra voluntad pasa por acoger por supuesto a los que sea necesario, pero debemos sin duda devolver a quienes no tienen nada que hacer en Europa», ha señalado el ministro del Interior galo. (Europa Press)