Artistas, políticos, familiares, amigos, críticos de arte, Colombia toda, llora hoy el fallecimiento de Fernando Botero, su pintor, dibujante, escultor más reconocido den el mundo.
El destacado por su estilo singular expresado en sus múltiples esculturas y pinturas, particularmente por la interpretación del estilo figurativo, denominado como boterismo, fue diagnosticado con neumonía la semana pasada, pero luego de ser hospitalizado prefirió tratar la enfermedad en su hogar en Mónaco donde falleció.
Su hijo Juan Carlos Botero, en un artículo denominado El arte de Fernando Botero, aseguró que su padre creó un mundo propio, un universo personal en donde están presentes la vasta mitología y la fauna humana de América Latina.
«Su riqueza de personajes parece inagotable. Este maestro tuvo la inteligencia de seguir el ejemplo de los grandes: para ser universal primero hay que ser local, y la cantera que nutre su búsqueda, nuestro continente en general y Colombia en particular (una de las tierras más sufridas pero a la vez más ricas y poéticas del planeta), no tiene fondo», agregó.
«Sin embargo, continuó, Botero tuvo otro acierto crucial: el de no solo recrear su contorno (aquel mundo que él vivió y conoció de joven en Medellín) en homenaje o alabanza estética, sino a la vez de tomar la suficiente distancia para criticarlo».
Algo que «en varios de sus lienzos es evidente, y por eso las autoridades del país con sus mandatarios, militares, obispos, curas, políticos y ministros son pintados con humor e inocultable ironía. Su ambición como artista es desmesurada, porque parece que se hubiera propuesto retratar la totalidad de la comedia humana de América Latina».
Fernando Botero nació en Medellín, departamento de Antioquia, el 19 de abril de 1932, y su amplia obra ha recorrido el mundo.
En Colombia, además de apreciarse en el Museo de Botero, en esta capital, también puede verse, en el Museo de Antioquia y Plaza Botero, en Medellín; en el Museo Nacional de Colombia; en el Museo de Arte Moderno; Museo de Arte del Banco de la República, en el Parque San Pío en Bucaramanga y en la plaza de Santo Domingo, en la ciudad de Cartagena de Indias.
Una familia, Madre e hijo, Pareja bailando, La Camera degli sposi (Homenaje a Mantegna), Mujer llorando, La paloma de la paz, y muchas otras piezas integran su rica colección de obras.
«Ha muerto Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono», expresó el presidente del país, Gustavo Petro.
Daniel Quintero, el alcalde de Medellín, lamentó la muerte del artista y decretó siete días de luto en la ciudad que rendirá homenaje desde la Plaza Botero y demás sitios dónde su legado permanecerá por siempre.
El Ministerio de Cultura expresó que se une al luto del país y del mundo del arte por el fallecimiento del artista Fernando Botero.
Destacó que el registro del país y de sus gentes, de su memoria, de sus costumbres, también de su violencia, situó a Colombia en los grandes escenarios del arte durante décadas.
«Al maestro Botero nuestra gratitud como colombianos, por compartir desde sus óleos y sus esculturas el alma de la nación. A su familia, nuestras más sinceras condolencias», manifestó.
El ministro de Cultura, Juan David Correa, aseguró que la vida de Botero, es el testimonio de quien decidió, desde muy temprano, hacer de su vocación un esfuerzo por crear un estilo que ya es parte de la historia del arte. (Prensa Latina)