Limpieza de puerta de Brandeburgo, rociada con pintura, se retrasa
Después que activistas de Última Generación lanzasen la pintura, las autoridades fijaron en 35.000 euros el costo de la limpieza, si bien ahora se estima que los trabajos se extiendan varias semanas más y los costos superen ahora los 100.000 euros.
Las autoridades de la capital de Alemania, Berlín, han anunciado este jueves un retraso en las labores de limpieza de la Puerta de Brandeburgo, contra la que activistas climáticos arrojaron pintura naranja a mediados de septiembre.
De acuerdo con la empresa pública Berliner Immobilienmanagement GmbH (BIM), la mezcla de pintura empleada por los activistas ha penetrado más profundamente en la arenisca debido a su contenido de agua, algo en lo que no se reparó al principio.
Después que activistas de Última Generación lanzasen la pintura, las autoridades fijaron en 35.000 euros el costo de la limpieza, si bien ahora se estima que los trabajos se extiendan varias semanas más y los costos superen ahora los 100.000 euros.
BIM, que se encarga de gestionar el parque inmobiliario de la capital alemana, ha anunciado que, más allá del proceso penal al que se enfrentan los responsables, también se les reclamará una indemnización por daños y perjuicios por la vía civil.
Activistas de Última Generación arrojaron pintura naranja contra las columnas de la Puerta de Brandeburgo el pasado 17 de septiembre. La Policía detuvo entonces a 14 activistas, a los que investiga por daños materiales perjudiciales para la comunidad.
De acuerdo con BIM, aún debe esclarecerse hasta qué profundidad penetró la pintura para así decidir qué método de limpieza se emplea. De acuerdo con el portavoz del ente, se ha llegado a evaluar la posibilidad de utilizar un procedimiento con rayos láser.
Días después de este episodio, y tras enfrentamientos entre berlineses y manifestantes que bloqueaban una carretera, el alcalde de la capital alemana, Kai Wegner, aseveró que la población de la ciudad estaba ya «realmente harta» de los activistas climáticos.(Europa Press)