Biden denuncia ante la ONU que ningún país estará seguro si Ucrania cede ante Rusia
El presidente de Estados Unidos propone ampliar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: "Necesitamos más voces, más perspectivas en la mesa"
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha reclamado ante la Asamblea General de la ONU firmeza contra Rusia por la invasión lanzada sobre Ucrania en febrero de 2022, advirtiendo que lo que está en juego es el orden internacional y la confianza de todos los países en su propia soberanía frente a potenciales agresores.
«Rusia es la única responsable de esta guerra. Rusia tiene la capacidad de poner fin a esta guerra inmediatamente», ha proclamado Biden, crítico con el «precio» que Moscú ha puesto para concluir el conflicto y que contempla «la rendición de Ucrania, el territorio de Ucrania y los niños de Ucrania».
«Rusia cree que el mundo se cansará y le permitirá maltratar a Ucrania sin consecuencias», ha sentenciado el mandatario estadounidense, para acto seguido trasladar varias preguntas a un auditorio en el que estaban presentes, entre otros líderes, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
«Si abandonamos los principios de la Carta de la ONU para apaciguar a un agresor, ¿pueden confiar los Estados miembro en que están protegidos? Si dejamos que Ucrania se parta, ¿está garantizada la independencia de otros países?», ha planteado el inquilino de la Casa Blanca.
Para Biden, la respuesta está clara y es que «no», por lo que ha llamado a permanecer firmes ante la «brutal agresión» con vistas también a «disuadir a otros potenciales agresores mañana». Por eso, «Estados Unidos y sus socios de todo el mundo seguirán del lado del valiente pueblo de Ucrania mientras defiende su soberanía, su integridad territorial y su libertad», ha añadido entre aplausos, incluidos los de Zelenski.
En relación a China, Biden se ha mostrado «claro», abogando por una gestión «responsable» de las disputas en virtud de la cual Washington y Pekín pueda trabajar juntos en aras del interés común al tiempo que las autoridades estadounidenses se mantienen firmes ante cualquier atisbo de «agresión» o «intimidación», en un aviso que se extiende también al terreno económico.
REFORMA DE LA ONU
Biden, que ha admitido la necesidad de actualizar las instituciones internacionales para adaptarlas al siglo XXI, ha confirmado el inicio de «consultas serias» para tratar de ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU, compuesto únicamente por 15 miembros, de los cuales cinco –incluido Estados Unidos– tienen derecho de veto.
«Necesitamos más voces, más perspectivas en la mesa. Naciones Unidas debe seguir preservando la paz, impidiendo el conflicto y aliviando el sufrimiento humano», ha dicho Biden, partidario además de reforzar el papel de países emergentes en organismos como el Fondo Monetario Internacional o en foros como el G20, al que se suma ahora la Unión Africana.
Dentro de este marco de cooperación, el mandatario norteamericano se ha comprometido a trabajar para lograr «un mundo más seguro, más próspero y más equitativo», lo cual pasaría por asumir que «ninguna nación puede hacer frente sola a los desafíos de hoy de día», ni siquiera Estados Unidos.
Así, ha aludido a olas de calor, incendios forestales, sequías o inundaciones para recordar que el mundo debe hacer frente a «una historia urgente», la lucha contra el cambio climático, que pasa entre otras cuestiones por reducir la dependencia de los combustibles fósiles. «Desde el primer día de mi Administración, Estados Unidos ha tratado esta crisis como la amenaza existencial que es, no sólo para nosotros, sino también para toda la humanidad», ha agregado.
También ha llamado a trabajar para aprovechar «para el bien» el potencial de la inteligencia artificial, lo que pasa por colaborar con actores internacionales que puedan ser percibidos como «competidores» si se quiere proteger a los ciudadanos de «los riesgos más profundos» asociados a los constantes avances tecnológicos.
Biden ha incluido entre los retos la lucha contra la corrupción y la defensa de la democracia, teniendo en cuenta que se debe rechazar cualquier atisbo de «violencia política», como ha quedado de manifiesto tras la «rápida sucesión» de golpes militares en el Sahel. Washington respalda la labor de la Unión Africana y la Comunidad de Estados del África Occidental «para apoyar el orden constitucional».