Juan Eduardo García-Huidobro es elegido Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2023
El profesor y doctor en Educación y Filosofía fue reconocido por su aporte a este campo en los últimos cincuenta años, donde destacan su labor en el desarrollo de políticas públicas y por ser precursor del debate sobre la segmentación e inequidad del sistema educativo.
El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, anunció este jueves que el profesor Juan Eduardo García-Huidobro ha sido elegido Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2023.
La decisión fue tomada por unanimidad por el jurado, que fue encabezado por el ministro y además integrado por Rosa Devés Alessandri, rectora de la Universidad de Chile; Elisa Araya Cortez, rectora de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE); Ignacio Sánchez Díaz, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile; y Nolfa Ibáñez Salgado, Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2021.
Ante este reconocimiento, el ministro Cataldo destacó la trayectoria del galardonado, quien trabajó hace algunos años en el Ministerio de Educación: “Ha tenido una gran contribución en educación, desde su trayectoria en el CIDE, a fines de los 70 y principios de los 80, también durante la década de los 90 y hasta hace poco en el desarrollo de políticas públicas. También contribuyó en el Ministerio de Educación conduciendo programas y como jefe de la División de Educación General. En todos esos roles ha aportado a la profesión docente, y en el ámbito académico como decano y docente, donde realizó estudios que concluyen lo importante que es la inclusión educativa para los procesos formativos de nuestros estudiantes y para la fisonomía de un sistema educativo distinto”, resaltó.
La rectora Devés afirmó que este galardón “tiene consecuencias como mensaje, es un premio que le habla al país en su conjunto. Quiero destacar especialmente el compromiso con la justicia educacional de Juan Eduardo García-Huidobro, quien ha sido una institución y también un guía para todas las iniciativas de inclusión y de equidad que estamos llevando en distintas instituciones, no solamente a nivel escolar, sino que también a nivel de la educación superior”.
La rectora Araya destacó la importancia de este reconocimiento para el campo de la educación. “Juan Eduardo, en su larga trayectoria, ha formado a generaciones de investigadores, de profesores, pero también nos ha puesto una pregunta muy importante, que todavía quizás no ha sido respondida, y que es cómo hacer justicia social a través de justicia educativa. Es decir, que independientemente de la cuna, del lugar donde niños y niños nazcan y pertenezcan, podamos brindarles como país una educación que les entregue herramientas para participar en la vida democrática. Creo que este es un premio largamente esperado y muy merecido”, explicó.
Por su parte, el rector Sánchez enfatizó en la perspectiva académica del galardonado. “Me parece que queda claro en sus escritos, que los talentos están distribuidos en forma homogénea en toda la población. Y lo que falta aquí es abrir las oportunidades para que se expresen, y creo que al leer los postulados que ha presentado durante toda su trayectoria, académica y laboral, queda muy claro cuál es el mensaje. Este premio le habla al país en el sentido de desarrollar las mejores oportunidades de equidad, inclusión, diversidad e integración en nuestro sistema educativo”, señaló.
Finalmente, Nolfa Ibañez aportó una reflexión desde la docencia. “Él tiene también, al igual que yo, la experiencia personal de ser profesor de todos los niveles: estar en la escuela, en el liceo, en las políticas públicas, en la formación docente. Es un colega que sin duda ha incidido en la vida profesional e intelectual de muchas profesoras y profesores, así que también estoy muy contenta de que él sea el Premio Nacional 2023”, concluyó.
Biografía del galardonado
Juan Eduardo García-Huidobro Saavedra nació en Santiago, el 14 de octubre de 1940 (83 años). Es doctor en Ciencias de la Educación y Filosofía en la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica (1976), licenciado en Filosofía en el Colegio Máximo San José de Buenos Aires (1963) y licenciado en Educación y profesor de Estado en Filosofía en la Universidad Católica de Valparaíso (1972). Además, es profesor emérito de la Universidad Alberto Hurtado.
El jurado basó su decisión considerando su relevancia para la educación en Chile en los últimos cincuenta años, su aporte a las políticas públicas para el desarrollo de una educación más justa y equitativa, y por promover el fin de las prácticas de exclusión. Además, se tuvo en cuenta su obra intelectual, su dedicación a la formación de profesores, su apoyo al diseño de políticas públicas y su participación en diversas comisiones y espacios de debate.
García-Huidobro inició su labor docente en los años sesenta, siendo profesor en los Colegios San Ignacio Alonso Ovalle (1964-1966), del Liceo Alemán (1967) y del Colegio Marshall (1967-1972), además de ser asesor pedagógico de la FIDE. En 1969 se incorporó al Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE), donde contribuyó a experiencias de formación no formal, participando en procesos de educación popular, en contacto con Paulo Freire.
En los 90 se incorporó al Ministerio de Educación, donde participó en el diseño y dirección del Programa de las 900 Escuelas y en la Coordinación de Educación Básica del programa de Mejoramiento de la Calidad y Equidad de la Educación (MECE Básica). Además, fue Jefe de la División de Educación General del Mineduc y dirigió la preparación del Programa de Educación y Capacitación Permanente. Los temas de calidad y equidad fueron los ejes de todos los programas ministeriales en los que participó.
En el ámbito académico y en la formación de profesores, en los años 70 y 80 fue profesor y directivo en la Universidad Católica y en el CIDE. En los 90 fundó la Facultad de Educación que integra el CIDE a la Universidad Alberto Hurtado, que se distingue por el carácter dual de la formación y la relación entre escuela y academia. Ha dirigido magíster y doctorados en universidades chilenas y extranjeras, como Lovaina, University College of Cardiff (Gales), Sherbrooke (Canadá) y San Andrés (Argentina). También realizó estudios sobre la relación entre educación, política y cultura y contribuyó a consolidar el concepto de comunidad escolar como lo entendemos hoy.
Además, presidió el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación, formado por la Presidenta Bachelet en 2006; participó en las comisiones ministeriales para el mejoramiento del SIMCE en 2003 y en 2014; fue consultor de reformas educativas en la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación (OEI) entre 2008 y 2012; y fue miembro del Consejo de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (2015 y 2018).
La historia del Premio Nacional de Ciencias de la Educación
El Premio Nacional de Ciencias de la Educación se rige por la Ley N° 19.169 de 1992. Existe desde 1979 y reconoce a quienes destacan por su aporte al desarrollo de la educación, en cualquiera de sus niveles, o a las ciencias de la educación. Es decir, destaca tanto el ejercicio como la generación de nuevo conocimiento en el campo. Su primer merecedor fue el profesor Roberto Munizaga Aguirre, a quien le han seguido figuras como Mabel Condemarín Grimberg (2003), Mario Leyton Soto (2009) y Beatrice Ávalos Davidson (2013).
Este premio se concede cada dos años. Quienes obtienen la distinción, reciben un diploma firmado por el ministro de Educación, además de una suma que asciende a $23 millones por una sola vez, y una pensión vitalicia mensual que equivale a 20 Unidades Tributarias Mensuales.