Juan Carlos Guajardo, Plusmining: “Hay señales que apuntan a una moderación de las expectativas en el sector minero”
La reciente presentación de resultados por parte de la minera BHP que mostró una disminución en sus ingresos globales, la caída del precio proyectado para el cobre e inquietudes sobre la demanda por parte de China muestran un escenario que modera las estimaciones respecto de la principal industria nacional.
Tras años de pandemia y un escenario geopolítico complejo, la minería aún no despega del todo.
Así lo demuestran los resultados concretos que han dado a conocer algunas compañías de la gran minería, como la australiana BHP (que en Chile controla las minas Escondida, Spence y Cerro Colorado) que registró una baja de ingresos de US$ 11.300 millones en sus resultados recientemente presentados.
Una de las razones expuestas en el informe se relaciona con la caída en la demanda del sector inmobiliario en China, país con altísima demanda de minerales. De acuerdo con el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, “lo ocurrido con los ingresos de BHP no es algo aislado y se ha replicado, con distintos matices, a lo largo de la industria en el mismo período de reporte”.
En ese sentido, sostiene que “el principal camino que tiene la industria minera para enfrentar un escenario de precios menores al esperado es a través de disciplina operacional y financiera que les permita controlar los costos unitarios”.
Impacto en el cobre
Esta semana se conocieron los resultados a la baja de ingresos de BHP, unos US$ 11.300 millones menos. ¿A qué se debió esto?
El 22 de agosto BHP entregó los resultados correspondientes a su año fiscal 2023 (julio 2022 a junio 2023), donde se observa que sus ventas disminuyeron desde US$ 65,1 mil millones a US$ 53,8 mil millones (baja de US$ 11,3 mil millones) producto, principalmente, del efecto de un menor precio de los productos vendidos.
Para la empresa sus ingresos provinieron en un 46,1% del hierro, 29,8% del cobre, 20,4% del carbón (metalúrgico y para energía) y un 3,7% del níquel.
Comparando los precios informados por la empresa en sus resultados de los años 2022 y 2023, se constatan bajas en el hierro (-18,2%), cobre (-12,3%), carbón metalúrgico (-21,9%), mientras que el níquel y el carbón para energía suben 3,2% y 9,1%, respectivamente.
¿Es normal una baja como esta?
Dicha variación equivale a un 17,4% de caída en los ingresos de la empresa y, debido a que BHP posee más de una línea de negocios, un desglose por área revela lo siguiente: baja en ventas del segmento hierro de US$ 5.955 millones, -19,4%, segmento carbón (-US$ 4.591 millones, -29,5%), segmento cobre (-US$ 822 millones, -4,9%), níquel y otros (+US$ 87 millones, +4,5%). Es decir, más de un 90% de la caída se relaciona con el negocio relacionado a la producción de acero (hierro y carbón metalúrgico), en lo cual incide la venta de un activo de carbón (BHP Mitsui Coal, BMC) que disminuyó en US$ 2.260 millones las ventas del segmento.
Dichos sectores son especialmente sensibles a la actividad económica general, particularmente de la producción industrial, y es una caída esperable cuando las condiciones de la economía se deterioran, traduciéndose en menores precios.
En el caso del cobre, la caída es porcentualmente acotada y tiene relación con la evolución de sus fundamentos particulares, que se ven más constructivos que otros metales como el hierro, apoyado por la baja disponibilidad física en bolsas de metales y producción con sesgo a ser menor a lo planeado.
¿Y cómo puede afectar a la minería en Chile?
La producción chilena metálica está concentrada en más de 90% cobre. Dado que el precio del cobre ha caído menos que el del hierro, el impacto sobre la minería nacional en su conjunto ha sido significativamente más acotado. Ahora bien, naturalmente el hecho de que la minería nacional dependa fuertemente del cobre la hace particularmente susceptible a variaciones en su precio en específico, razón por la cual sus proyecciones son motivo de atención permanente.
¿Qué otras mineras están pasando por algo similar?
Lo ocurrido con los ingresos de BHP no es algo aislado y se ha replicado, con distintos matices, a lo largo de la industria en el mismo período de reporte.
Por un lado, el grupo de las grandes empresas con ingresos provenientes de distintos metales tuvo una caída promedio de 12%, concentrándose en el rango entre -13% y -15%. Por otro lado, las empresas enfocadas en el cobre tuvieron una variación promedio menor, de -8%, aunque con gran dispersión en la muestra considerada: la baja mínima fue de Grupo Mexico con -1% y la mayor de Codelco con -16%.
Más allá de las consideraciones particulares para las productoras de cobre (como los problemas de Codelco), lo que se observa es que éstas han sorteado de una mejor manera este período, debido a la resiliencia del precio del cobre respecto de los precios de otros metales que han caído más.
¿Cómo debiera prepararse la minería chilena para enfrentar estos resultados?
En líneas generales, el principal camino que tiene la industria minera para enfrentar un escenario de precios menores al esperado es a través de disciplina operacional y financiera que les permita controlar los costos unitarios.
En esta línea, lo que vemos es que aún se mantienen la tendencia ascendente en los costos vinculado a los efectos de la pandemia, disrupción de las cadenas de suministro, caídas en la producción, y al alza en los precios de la energía. Por lo tanto, se podría configurar un escenario de mayor riesgo, especialmente para aquellas compañías de mayores costos.
Precios a la baja
Cochilco ajustó a la baja sus estimaciones para el precio del cobre para este y el próximo año: 3,80 y 3,75. ¿A qué se debe esto? ¿Podemos ver más bajas en los precios?
Según la información de Cochilco, a fines de julio rebajó su proyección de precios para el 2023 desde 3,90 a 3,85 dólares la libra y para el 2024 desde 3,80 a 3,75 dólares la libra. Plusmining también rebajó su proyección de precios a comienzos de julio, siendo actualmente de US$ 3,8 en ambos años 2023 y 2024.
Estas bajas reflejan peores perspectivas de crecimiento a nivel global, especialmente mayor incertidumbre respecto del crecimiento económico de China, la contracción económica que está afectando a la eurozona, y dudas sobre la expansión económica en Estados Unidos, morigeradas en parte por los bajos inventarios de cobre en bolsas de metales, tendencia a menor inflación en EE.UU., y producción mundial de cobre con sesgo a la baja respecto a los pronósticos.
Nuevas caídas son posibles, sujeto especialmente de las decisiones de tasas por parte de la FED y la evolución económica de China. En el caso de las tasas de interés en EE.UU., el escenario base considera una nueva alza de 25 puntos base en lo que resta de 2023, para comenzar a disminuir en 2024. Si la decisión es más contractiva, o la disminución más lenta, se verá una corrección a la baja en la cotización del cobre.
¿Qué está ocurriendo con la demanda de cobre desde China?
Lo que se ha observado en China es que tras el término de las restricciones relacionadas a la pandemia en el primer trimestre, no ocurrió la esperada recuperación en la actividad económica, la que se ha mostrado débil. Las medidas de estímulo se han enfocado a aumentar la liquidez pero en tono menor a lo esperado por el mercado, mientras que los estímulos directos sobre la economía no se han presentado con claridad aún.
La principal inquietud proveniente de la economía china tiene que ver con la salud del sector inmobiliario, el cual está vinculado a un nivel de deuda muy elevado. En una perspectiva de largo plazo surgen interrogantes sobre la capacidad de crecimiento del país por el factor demográfico ya que se prevé una caída en la población.
¿El panorama para la minería es más bien optimista o pesimista?
Si observamos los fundamentos de mercado para el largo plazo, el consenso de mercado aún permanece optimista respecto a la demanda y precios, particularmente para los denominados metales críticos como el cobre.
Sin embargo, hay algunas señales que comienzan a apuntar hacia una moderación de las expectativas en el sector minero. La salud de la economía china es sin duda un elemento, pero adicionalmente aumentan las dudas sobre la velocidad de la transición energética, y la amenaza a largo plazo de sustitución del cobre por aluminio u otros materiales comienza también a tomar fuerza.