Poco tiene que ver la alegría con el triunfo, al menos en el fútbol, nos dice el escritor Esteban Catalán en uno de los capítulos que componen Tragar veneno, una lectura distinta a los lugares comunes de la Copa América y los mundiales, en especial, el último torneo en Qatar.
En estas 178 páginas, el periodista y escritor construye un relato reflexivo y personal, que integra la historia reciente del fútbol y explica por qué los momentos de éxito deportivo son aquellos de mayor fragilidad. Tragar veneno «trata principalmente de la contradicción que significa disfrutar del fútbol hoy. Por un lado está lo que te enseña siendo niño, el compañerismo, el compartir, la belleza del juego, y por otro lado es este espectáculo insoportable, en que todo está a la venta, en donde todo es plata y la violencia se ha vuelto incontrarrestable, central», comenta.
«El libro usa el fútbol como un caballo de Troya para interrogar qué hacemos con esa contradicción, y en general qué hacemos con nuestras contradicciones».
DETALLES DEL TEXTO
En la publicación −que toma su nombre de una recordada frase del técnico Marcelo Bielsa− Catalán navega entre datos estadísticos, anécdotas inéditas e historias entrañables, mientras reúne a una notable galería de personalidades. «En el libro hay entrevistas con leyendas del fútbol como el checo Antonin Panenka o el técnico de la selección de Islandia, pero también se recoge mucho del filósofo inglés Simon Critchley o del Flaco de Dinamita Show, precisamente porque el fútbol tiene esta capacidad de uniformar, de ver desde qué puede aportar cada uno», cuenta el autor.
«Mi personaje favorito del libro es Humberto Giannini. En el libro están sus ideas sobre el sentido común y sobre cómo el universo a veces se nos va muy lejos», comenta. «Hay una frase de Giannini en particular que recoge el libro: ‘respecto de la experiencia moral, todos los humanos somos interlocutores válidos. Todos’. El libro trata el fútbol (el juego, el fútbol que conocemos cuando somos chicos) como una forma de educación que acepta esa frase», afirma.
LAS PÁGINAS EN PROFUNDIDAD
«Hay un cliché que dice que se juega como se vive, y el fútbol es eso: cada época del futbol nos recuerda cada época nuestra y también del país que vivimos, de cómo va cambiando, de lo que hemos ganado y lo que hemos perdido», dice Catalán. «El libro hace estos viajes a otros lugares como Texas, Cuba, la República Checa o Islandia, pero la gran mayoría de los capítulos son profundamente chilenos: en cómo el fútbol en Chile marca el lenguaje, la violencia, la familia. Los lugares que elegimos. Los recuerdos que nos quedan», menciona.
Tragar veneno es un relato emocionante y evocador, un texto capaz de cautivar a hinchas del fútbol y la literatura. «Una de las mayores bellezas del juego es que apoyamos a nuestro equipo y tenemos buenos motivos para ello, pero a los hinchas de los demás equipos les pasa lo mismo, y los argumentos se vuelven interesantes, disímiles al tuyo y al mismo tiempo de cierta universalidad. Y se puede aprender algo siempre», opina el autor. «Fuera de los alumbrados y dogmáticos que hay en todas partes, hablar de fútbol permite conversar, recordar, y abrirse al otro. Eso nunca deja de servir», remata.