Alejandro Weber, sobre pensiones: “Proponemos que los seis puntos de cotización vayan íntegramente a la cuenta individual y no a una nocional”
En entrevista con El Periodista, el ex subsecretario de Hacienda analizó la actual reforma de pensiones, criticando su alto nivel de estatización. “La reforma del gobierno no crea una AFP estatal, lo que hace es crear un solo gran sistema administrador público, y que tendría el monopolio de la interacción con todos los usuarios”, señaló.
Con el objetivo de mejorar las pensiones hoy, la discusión legislativa de la Reforma de Pensiones sigue inerte en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados. La sorpresiva salida en mayo del subsecretario de Previsión Social, Christian Larraín, y la demora para el nombramiento del su actual reemplazante, Claudio Reyes, ha hecho patente que se trata de una discusión que está motivando una ajustada partida de ajedrez político.
Con una perspectiva crítica de la reforma, el ex Subsecretario de Hacienda y actual decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián (USS), Alejandro Weber analiza y propone cómo poder llevar la discusión para esta reforma, clave para buscar mejoras en la actual situación de los pensionados.
De acuerdo con el académico, la reforma del gobierno que busca aumentar la cotización en 6 puntos es esencialmente estatista, no permite heredabilidad de los fondos ni libertad de elección entre los afiliados, creando una nueva entidad administrativa que monopoliza el sistema. De esa manera, los fondos quedarían a merced del Estado en las cuentas nocionales, sin trazabilidad para cada afiliado.
En entrevista con El Periodista conocimos la principal propuesta de Weber que consiste en que el aumento en la cotización se dirija a las cuentas individuales, y en ningún caso a una cuenta nocional.
La visión de Weber
-¿Cuál es la evaluación general que tiene con respecto a la actual reforma de pensiones?
La reforma de pensiones presentada por el gobierno es una mala reforma por varios motivos. Primero, porque no va a mejorar las pensiones en forma sustantiva en el largo plazo. Por lo tanto, ésta va generar expectativas desmedidas sobre algo que no va a ocurrir.
Segundo, porque elimina elementos que son virtuosos del sistema actual y básicamente genera un monopolio estatal para la administración de los fondos de pensiones e inhibe la libertad de elección de las personas, que son dos elementos que la ciudadanía valora profundamente.
En tercer lugar, porque omite un elemento central de todo sistema previsional que es el mercado laboral. Se debe reducir la informalidad, que ya está llegando al 27% en general y un 29% en el caso de las mujeres y en segundo lugar, aumentar los salarios. Hoy en día los salarios en Chile son muy bajos, el 50% gana $460.000 o menos. Por lo tanto, aun cuando tengamos tasas de reemplazo que sean al alza, la pensión en pesos va a seguir estando muy por debajo la expectativa ciudadana.
-¿Qué significaría aumentar 6% el nivel de cotización para generar solidaridad tal como plantea la reforma?
Primero que todo, hoy día tenemos un sistema mixto de pensiones. El gobierno dice que vamos ahora a crear un sistema mixto, eso es una mentira, porque nosotros ya lo tenemos desde 2008.
Y si vamos al sistema mixto en sí, nosotros ya tenemos mucha solidaridad en el sistema, tanto que la solidaridad se triplicó en cuatro años.
Si uno sube en seis puntos de cotización, los diez puntos actuales significan en términos de grueso, avanzar en un aumento en un 60% la cotización autofinanciada. Pero hay un desafío enorme respecto de la rentabilidad, que es algo que el proyecto del gobierno no aborda. ¿Por qué? Por la rentabilidad del sistema de pensiones, tan vinculado con el crecimiento de la economía. Cuando la economía crece más, hay mayor rentabilidad de los puntos de cotización adicional.
-¿Esos seis puntos serían 100% administrados por una entidad estatal?
El gobierno plantea una medida que es completamente estatista, que es que esos seis puntos íntegramente vayan al Estado, y eso está camuflado de dos vías. En primero lugar, por las llamadas cuentas nacionales y dos, a través de un fondo solidario de reparto.
Las cuentas nacionales no son otra cosa que una cuenta contable donde se va registrando un monto de aporte del trabajador y una rentabilidad ficticia que no existe. Esa plata nunca la van a ver los trabajadores. Acá el Estado- con la reforma del gobierno- hace una promesa de que cuando el afiliado se jubile, entonces sí va a estar esa plata. Pues bien, la noticia es que esa plata no va a estar porque el Estado es ineficiente administrando recursos y lo hemos visto en innumerables ejemplos, como el gas a precio solidario.
El Estado y todos los gobiernos siempre van a tener incentivos para gastarse esa plata. Por lo tanto, la cuenta nocional, que es una noción de que algo va a estar allí, es una promesa futura y esa promesa va a ser, por definición, incumplida.
Y el segundo componente de estos seis puntos de cotización es que el gobierno en su propuesta crea un fondo de reparto en que esos recursos van a mejorar las pensiones actuales de los trabajadores. Eso es un mecanismo regresivo, porque lo que va a hacer es que los sectores medios van a terminar financiando inversiones de otros circunstancias que nosotros hoy ya tenemos un sistema tributario que es progresivo, donde el 75% de las personas que trabajan no pagan impuestos, solo el 25% paga el impuesto a la renta y quienes más ingresos ganan, pagan más impuestos y los que tienen menos ingresos, pagan menos impuestos. Así se financia la PGU.
Por lo tanto, nuestra propuesta y la propuesta de la Universidad San Sebastián es que los seis puntos de cotización vayan íntegramente a la cuenta individual y no a una cuenta nacional ni a un fondo de reparto.
Asimismo, que la solidaridad en el sistema de pensiones se haga de la manera más eficiente que conocemos, que es a través de impuestos generales.
¿Entonces en lo que plantea el gobierno no existiría ni heredabilidad ni tampoco libertad de elección?
El gobierno lo que hace es una propuesta donde toda la cotización adicional es de propiedad del Estado, donde esos fondos no son heredables por el trabajador ni para su familia. En realidad, esos recursos que aportan los trabajadores finalmente van a ser capturados por un Estado que no tiene capacidad para generar rentabilidad y además inhibe la elección de los trabajadores, porque establece un default.
Esto quiere decir que por el solo ministerio de la Ley, la plata pasa al Estado, a un inversor público y a un administrador público, y después la persona si quiere cambiarse va a tener que hacer un acto voluntario, es decir, tomar una acción para poder eventualmente elegir.
-¿La reforma expresa algún tipo de igualdad de condiciones de una eventual AFP estatal con respecto a las privadas?
Lo que hace la reforma es todo lo contrario, no genera igualdad de condiciones en la competencia.
Para que haya competencia tenemos que competir en igualdad de condiciones, tenemos que tener la misma carga tributaria, los mismos incentivos y los mismos castigos. En este caso no es así.
La reforma del gobierno no es que crea una AFP estatal que compita con la otra. Lo que hace la reforma de gobierno fundamentalmente es eliminar las AFP, derogarlas por ley y crear un solo gran sistema administrador público, y que tendría el monopolio de la interacción con todos los usuarios con el pago, las compras para servicio al cliente, todo lo que principalmente conocemos.
Imagínense si solo hubiese un solo órgano público, ningún órgano privado capaz de interactuar con los usuarios.
– ¿Porque podría ser negativo que pierdan sus funciones la entidad de administradoras privadas?
Las AFP han cumplido rol importante en generar rentabilidad de las cotizaciones individuales. Es muy importante proteger el sistema de capitalización individual, donde el ahorro del trabajo en propiedad de los trabajadores sea heredable para su familia y donde el trabajador pueda elegir dónde invertir esos recursos.
El actual sistema previsional chileno cuenta con siete competidores y ha demostrado a lo largo de las últimas tres décadas que se ha desarrollado una capacidad instalada que es difícil de producir, que difícil de generar y que tiene una serie de etapas como la captación de los usuarios, servicio al cliente y la administración de la cartera, entre otros. Todo esto termina en la generación de rentabilidad. Ese proceso es complejo y genera economías de escala.
En su reforma, el gobierno parece desconocer totalmente dicho concepto.
-¿Cuál es la proyección que tienes con respecto a la tramitación de esta reforma en base a lo consenso o falta de consenso que haya entre gobierno oposición?
Yo confío en que esta reforma se rechace porque es una mala reforma de un monopolio estatal que no mejora las pensiones.
Por lo tanto el gobierno tiene que desahuciar esta reforma y hay que partir de cero con una conversación seria. Y el punto de partida para esa conversación tiene que ser la proposición de lo siguiente:
En primer lugar, aumentar los seis puntos de cotizaciones de manera más gradual, en 12 años en vez de 6 sería clave para no afectar el mercado laboral. Además, esos seis puntos de cotización tienen que ir íntegramente a la cuenta individual. Esto no por un motivo ideológico, sino porque la evidencia empírica demuestra que eso genera mayor rentabilidad en el largo plazo.
En segundo lugar, debe quedar claro el camino de seguir aumentando la solidaridad es a través de mejorar la PGU, vía ingresos generales de la nación y no a través de hacer reparto con los ahorros de los trabajadores.