Sigamos trabajando para que las madres tengan un feliz día
Por Carmen Gloria Arroyo, abogada y socia de Grupo Defensa.
Usualmente escribo columnas sobre materias legales del ámbito de familia, para las que suelo buscar un contexto en la contingencia; sin embargo, esta vez decidí sumarme a los saludos a las madres en su día y, tras analizar solo unos segundos, descubrí que no me había alejado demasiado del derecho de familia.
Nunca he tenido muy claro cuál fue la fuente de mi amor por el derecho, pero sin duda una de las motivaciones fue el fuerte deseo de defender a mi madre en aquellos años en que mi padre decidió desaparecer de mi vida. Una mujer, dueña de casa, sola, sin ingresos y con tres hijas pequeñas cuya desolación me impactó al punto de hacerme fuerte y grande para ella.
Cuarenta años después la historia sigue repitiéndose en cientos de hogares de este país. Las cifras indican que un tercio de las familias están a cargo de una mujer sola y treinta mil madres jamás han recibido pensión de alimentos.
Las leyes avanzan, se buscan nuevas formas de endurecer las medidas para lograr algo que en algunos casos parece tan natural, que es hacerse cargo de los hijos, pero inevitablemente todavía hay padres que eligen desaparecer y aún hay niños que tendrán por siempre la cicatriz que deja el olvido de aquellos que creíamos incondicionales.
El siete de septiembre del 2022 se publicó la Ley 21.484 sobre responsabilidad parental y pago efectivo de deudas de alimentos que considera un proceso especial de cobro en dos situaciones.
Si se adeuda al menos una mensualidad, se podrá solicitar al Tribunal que ordene este pago con los fondos que el deudor tenga en cuentas bancarias, instrumentos de inversión o en cuentas de ahorro previsional voluntario. En tanto, si la deuda es de tres o más cuotas, continuas o discontinuas y el deudor no tiene fondos o estos son insuficientes se podrá solicitar revisar los fondos que mantenga el deudor en su AFP.
Con estas nuevas atribuciones se espera poder disminuir el número de deudores haciendo justicia y dando dignidad a cientos de niños, niñas y adolescentes al procurarles lo que el cariño no pudo.
Conozco de cerca el desaliento y hastío de aquellas madres que han intentado una y otra vez ejecutar las medidas de apremio, firmando decenas de órdenes de arresto, suspensiones de licencia, retención de impuestos, etc., sin lograr más que desilusiones. No son pocas las veces en que una mala asesoría nos hace solicitar medidas poco eficaces que terminan aumentando la frustración.
En su día, queridas madres, las invito a intentarlo una vez más utilizando estas nuevas herramientas que nos otorga la ley que entrará en vigencia este 20 de mayo, porque no están pidiendo un favor, no están rogando, están ejerciendo el derecho de sus hijos.
Un abrazo en su día a cada una de aquellas madres valientes y luchadoras que, a pesar de las carencias y dificultades siguen dando la lucha diaria de criar a sus hijos solas, gracias por tu tenacidad, gracias por ese amor infinito a prueba de todo. ¡Feliz día Mamá!