Benjamín Vicuña relata su tránsito por el duelo en «Blanca, la niña que quería volar»

En esta publicación, el reconocido actor entrega por primera vez un relato íntimo y reflexivo sobre la muerte de su primera hija.

 

Ya está disponible en librerías «Blanca, la niña que quería volar», publicación en la que el reconocido actor Benjamín Vicuña relata el duelo experimentado luego de la muerte de su primera hija hace una década.

«Hay una misión detrás del libro, que es poder compartir. Yo creo que la literatura y el cine pueden acompañar en momentos que creemos que son únicos. Sí, son únicos, son individuales, pero a la vez existe la empatía del dolor, que es lo que nos hace humanos», expresa el autor.

En este sentido, explica Vicuña, el libro puede ser un aporte para muchas personas que estén viviendo una pérdida. «El duelo —también lo digo en el libro— va mucho más allá del caso puntual de perder a una hija. Tiene que ver, está de más decirlo, con la muerte, pero también con un desamor, con un cambio de trabajo, con un cambio de país: tiene que ver con extrañar», precisa el autor.

El volumen prologado por el psicólogo y escritor argentino, Gabriel Rolón, se divide en diez capítulos o «actos». Cada uno de estos actos aborda alguna de las etapas del duelo vividas por el actor y da cuenta de los aprendizajes obtenidos en el proceso. «Pasé a ser una especie de embajador del dolor, a partir de una situación que no elegí, pero que tuve que transitar. En la calle me empecé a encontrar con muchas personas que veían en mí una especie de referente, una pequeña luz en la mitad del océano, y me preguntaban muchas veces «¿qué se hace?»», cuenta el autor.

«Constantemente repito algo que no es muy brillante, pero que es honesto: en el libro no hay ningún tipo de consejo, ni bajada, ni fórmula sobre cómo hacer las cosas. Es sencillamente mi experiencia», aclara. Con sinceridad y generosidad, el autor revela en su libro cómo, junto a su familia, han sobrellevado la pérdida y han mantenido vivo el recuerdo de Blanca.

En este testimonio desbordado y honesto, además de narrar pasajes oscuros, Vicuña menciona cuáles han sido las herramientas en las que se ha refugiado para sobrevivir a la pérdida: «Pude leer mucho —por recursos o por vida—, pude estudiar, tuve la oportunidad de hacer mucha terapia, de tener muchos amigos, muchos maestros, personas maravillosas que pasaron por mi vida y todo eso está en el libro», comenta.

«Estos diez últimos años he tratado de ayudar a las personas que atraviesan un dolor profundo como el duelo, pero también (he intentado compartir) formas de acompañar», comenta Vicuña. «La gente no sabe cómo acompañar. ¿Cuántas veces nos ha pasado que queremos acompañar o ayudar a alguien y no sabemos cómo? De alguna manera este libro entrega herramientas no solo para la persona que vive el dolor, sino que también para ese entorno, que es tan necesario», explica.

Benjamín Vicuña ofrece en estas 200 páginas un relato desgarrador y sanador en partes iguales. Una lectura que permite reflexionar en torno a la muerte, la memoria, el lado más sombrío y el costado más luminoso de la vida.

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El Periodista