Reinventar Santiago

Por Mónica Álvarez de Oro, Past President de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA).

Es una buena noticia el inicio del plan de recuperación de fachadas del eje Alameda Providencia que impulsa el gobernador Claudio Orrego.

El centro de Santiago está feo y no es un adjetivo liviano. Lleno de rayados y manchas por sobre colores que debieran ser sinónimo de alegría. Gritos y ruidos por sobre armonías. Olores que superan los aromas. Causa depresión y angustia el sólo pasar por sus calles.

Es imposible estar en sus plazas, esquivar el laberinto de sus paseos. De hecho, hablar por celular es una acción temeraria. Ni hablar de portar un maletín o un sencillo reloj, eso es tentar a los “dueños” de las calles.

Algunos años atrás, la gente paseaba por el Parque Forestal, visitaba museos, circulaba entre inmaculadas esculturas u otras manchadas con alguna gracia de paloma. Otros se movían rápido por sus calles destino a una reunión, quizá a un trámite en oficinas que ya migraron a otros lugares, algunos miraban vitrinas donde hoy hay cortinas metálicas y otros, muchos más, en algunas ocasiones, celebraron con desconocidos en Plaza Italia o compartieron tranquilamente una cerveza en Bellavista o Lastarria. Así era hace algunos años atrás, no tantos, quizás unos cuatro.

La limpieza de fachadas del corredor urbano más importante de Santiago es, sin duda, un punto de partida, un paso inicial que se alinea con volver a reflotar el proyecto y posterior construcción del eje “Nueva Alameda Providencia”, proyecto ganado en concurso público internacional, por los arquitectos Arturo Lyon, Alejandra Bosch y Danilo Martic.

Es, sin duda, con estas acciones sumadas, con las que comenzaremos a revertir el deterioro de nuestra ciudad, a eliminar el cinturón de óxido que menciona Glaeser en su libro “El triunfo de las ciudades” referida al éxodo de las personas de barrios o urbes completas, movidas por la desesperanza y temor provocados por una ciudad que no supo reinventarse. El óxido, así como el deterioro de una ciudad se combaten en su origen: mientras más tiempo pasa, más irreversible es el daño.

Todos debemos sumarnos y apoyar estas y futuras acciones por la recuperación de nuestras ciudades, centradas en el potencial humano que las hace, a cada una de ellas, diferentes e identitarias.

 

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El Periodista